La movilidad de las personas ha cambiado durante la pandemia, los nuevos modelos alternativos a la propiedad del coche pueden ayudar a reducir su impacto ambiental
Estemos donde estemos, las personas necesitamos desplazarnos. Actualmente la movilidad está condicionada por dos graves acontecimientos.
Por un lado, la crisis sanitaria de la COVID-19, tras la que el uso del transporte público puede haberse reducido en favor del uso de un vehículo propio. Según una encuesta de la organización de consumidores OCU, realizada a 1.000 personas, el 33% afirmó que el miedo al contagio había afectado al medio de transporte que utilizaban.
Por otro lado, nos enfrentamos a diario al cambio climático, ante el que debemos reducir la emisión de gases de efecto invernadero. En España, el Informe de Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero apunta que, en 2019, el sector transporte fue el que generó más emisiones (29,1%). Estos datos se presentan por delante de las actividades industriales (20,9%), la generación de electricidad (13,7%) y la agricultura (12,0%).
Los servicios de coches de alquiler y coches de uso compartido son alternativas de movilidad que ofrece disponer de un vehículo por un tiempo limitado sin necesidad de comprarlo. Estos servicios pueden utilizarse ante necesidades puntuales de desplazamiento y atienden a las últimas normativas europeas sobre contaminación. ¿Tienen estos servicios la llave de la reducción del impacto de la movilidad en el medio ambiente?
Los servicios de alquiler de vehículos por un tiempo limitado, como el carsharing (por minutos u horas) o el renting (a partir de un año), tienen la ventaja de que permiten el uso de vehículos menos contaminantes para desplazarse.
«El carsharing es muchas veces el primer paso antes de la adquisición de un vehículo eléctrico»
Desde la empresa de carsharing ShareNow, Larisa Benz, señala que el carsharing eléctrico “es muchas veces el primer paso antes de la adquisición de un vehículo eléctrico”. ShareNow, que surgió como fusión de car2go y DriveNow, opera en Europa con un 25% de su flota eléctrica.
Según sus datos, un vehículo de ShareNow se mueve hasta seis veces más que un vehículo privado, que puede estar hasta 23 horas al día parado. “Para apoyar el avance de la movilidad eléctrica en Madrid y flexibilizar aún más nuestro servicio, abrimos la mayoría de nuestros centros de recarga permitiendo a nuestros usuarios recargar los vehículos ellos mismos. Mediante esta colaboración, reciben un crédito para sus próximos viajes”, informa Benz.
En Madrid, el Fondo de Carbono para una Economía Sostenible (FES-CO2) certificó que ShareNow redujo un total de 1.879 toneladas de dióxido de carbono en 2019. Los datos se extrajeron teniendo en cuenta los kilómetros recorridos por sus usuarios con una flota 100% eléctrica.
“Al cabo de entre 12 y 24 meses solemos cambiar nuestra flota para ofrecer a nuestros clientes vehículos con los últimos estándares medioambientales”, añade Benz.
Entre el carsharing y el renting, Hyundai ha lanzado recientemente en España Mocean Suscripción, un servicio «más económico que el carsharing y más flexible que el renting» que ofrece planes a partir de tres meses, según apunta Elena Gris, directora de marketing de Hyundai en España.
Mocean Suscripción está diseñado para “aquellas personas que, ante necesidades concretas, quieren mantener sus gastos controlados, con la oportunidad de probar nuevas tecnologías», añade Gris. También es para «usuarios que están muy acostumbrados a moverse en el entorno digital», ya que el servicio completo se gestiona a partir de una suscripción.
Por el momento, el servicio de Mocean arrancó en Barcelona y, desde el mes de mayo, también se puede contratar en Madrid. Esta nueva forma de movilidad ofrece todos los modelos de la marca Hyundai, entre los que figuran sus cinco tecnologías disponibles en el mercado, desde los vehículos con motor térmico hasta los totalmente eléctricos, todos con una antigüedad máxima de dos años.
El parque de vehículos español tiene una antigüedad de más de 15 años
“El principal problema que tenemos cuando hablamos de emisiones en España es que tenemos un parque muy antiguo. Tiene de media más de 15 años, lo que hace que se estén conduciendo vehículos por las carreteras que emiten muchísimo”, señala Gris.
En concreto, según datos de la Dirección General de Tráfico, de los 34.434.791 vehículos que conformaban el parque español en 2019, aproximadamente un 40% tienen una antigüedad superior a 15 años.
“Nosotros creemos en la neutralidad tecnológica, es decir, en fomentar esa renovación del parque y no centrarnos tanto en empujar una tecnología en sí misma, porque todavía hay muchas dificultades para que un usuario medio español pueda permitirse un vehículo eléctrico”, afirman desde Hyundai.
En relación con esto, Gris comenta que el uso de vehículos híbridos está creciendo más porque esta tecnología ofrece una mayor flexibilidad que los vehículo eléctricos, para los que se necesitan más infraestructuras de recarga.
Para medir las emisiones de gases de efecto invernadero que genera un vehículo se deben tener en cuenta todas las etapas de su vida útil. Esto significa que no existen vehículos que generen cero emisiones, ya que durante su producción o desecho se emite algún contaminante.
Desde el año 2000, la industria automovilística ha desarrollado tecnologías más avanzadas en motores, combustibles y baterías que son menos nocivas para el medio ambiente.
Frente a las posibles dudas que puedan surgir sobre qué tipo de vehículo es menos contaminante, un informe de la Agencia Europea del Medioambiente confirmaba en 2018 que las emisiones de gases de efecto invernadero de los vehículos eléctricos son entre un 17 y un 30% inferiores a las de los coches de gasolina o diésel. Son varios los estudios que coinciden con estas conclusiones.
Sin embargo, el informe apuntaba que, en relación con los coches eléctricos, estos pueden ser más perjudiciales si se observan los impactos actuales de su producción en los ecosistemas y la toxicidad de los materiales utilizados. Esto se debe principalmente a la extracción de cobre, níquel y materias primas críticas como el litio para la fabricación de las baterías.
El informe sugiere que estos impactos podrían minimizarse mediante un enfoque de economía circular que facilite la reutilización y el reciclaje de estos materiales. Sin embargo, esto no quita que el vehículo eléctrico se considere un gran avance para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de cara al futuro.
Como otra alternativa, el informe de 2019 del IPCC sobre calentamiento global apuntaba que se obtendrían mayores resultados si modificásemos nuestro modelo de movilidad en un sentido más amplio. Quizá el gran cambio dependa de que el próximo coche que vayas a utilizar no sea tuyo.
El 2020, otro año de ventaja para el cambio climático
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Electric vehicles from life cycle and circular economy perspectives
Informe de Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero
Emissions in the automotive sector
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