Los científicos de la Universidad de Granada han podido comprobar que la cafeína aumenta la oxidación de las grasas durante el ejercicio aeróbico
La cafeína no solo es la droga que toma el 90% de la población española cada mañana para estar más alerta, además, es un suplemento deportivo. Por encima de los 300 mg al día (el equivalente a cinco cafés cargados), la cafeína hace que nuestro cuerpo pueda usar más grasa como combustible y por tanto, que tengamos más capacidad aeróbica, es decir, lo que llamamos «fondo».
Lo que no estaba tan claro es qué ocurre cuando se toman dosis más bajas, los efectos se mantienen, y si influye el que tomemos la cafeína por la mañana o por la tarde. Esta es la pregunta que han respondido los científicos del Departamento de Fisiología de la Universidad de Granada (UGR) en un estudio publicado en Journal of the International Society of Sports Nutrition.
El experimento se realizó con 15 hombres con una edad media de 32 años. Los participantes tenían que completar cuatro pruebas de esfuerzo con intervalos de siete días entre ellas. A un grupo se les dio 3 mg de cafeína por kilo de peso corporal, el equivalente a un solo café fuerte.
Un grupo recibió la cafeína a las ocho de la mañana y otro a las cinco de la tarde, mientras que el grupo de control no recibió cafeína sino un placebo. Los investigadores se aseguraron de que no influyeran otras variables como las horas transcurridas desde la última comida, el ejercicio físico realizado o el consumo de otros estimulantes.
Los resultados han demostrado que la cafeína ingerida media hora antes del ejercicio aeróbico aumenta el ritmo de quema de grasas en un 11%. También comprobaron que si el ejercicio se realiza por la tarde, los efectos de la cafeína son un poco más marcados que por la mañana (un 13%), aunque la diferencia no es significativa.
En el experimento se confirmó algo que ya se conocía, y es que tanto la oxidación de grasas como la capacidad aeróbica son un poco más bajas por la mañana que por la tarde, a igualdad de horas de ayuno. Esta distinción es importante, porque cuando entrenamos en ayunas aumenta también la oxidación de grasas porque hay menos glucógeno disponible.
En resumen, si quieres quemar un poco más de grasa haciendo ejercicio aeróbico, puedes tomar un café a las cinco de la tarde y media hora más tarde ir a trotar. Sin embargo, ten en cuenta que esta forma de quemar grasa es muy poco efectiva comparada con controlar la dieta y hacer ejercicios de alta intensidad que aumenten tu metabolismo y te permitan quemar más grasa todo el día.
REFERENCIA
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