Solo en España, unos seis millones de personas padecen dolor crónico y lo viven con tristeza, ansiedad, ira y frustración. Investigadores pueden haber abierto ahora una puerta a una nueva línea de medicamentos que podrían ayudar a aceptar el dolor bloqueando esa aversión.
El estudio, publicado en Nature, parte de la idea de que estos sentimientos negativos son causados por la liberación de un neurotransmisor llamado dinofina que está situado en el núcleo accumbens de nuestro cerebro e inhibe la capacidad de experimentar placer. Investigadores de la Universidad de Washington bloquearon los efectos de este neurotransmisor del sistema nervioso para ver si podría eliminar los efectos depresivos del dolor en las ratas. Para hacerlo, les enseñaron a presionar una palanca para recibir una recompensa azucarada y después inyectaron en algunas una sustancia que causó inflamación en la pata. Como se esperaba, estas ratas se desmotivaron y optaron por enfadarse en lugar de continuar presionando la palanca.
Cuando el equipo administró un compuesto que bloqueaba la liberación de dinorfina, volvió el apetito de las ratas por la indulgencia azucarada y les impulsó a presionar la palanca a pesar de sufrir aún dolor. Los autores del estudio concluyen que la interacción entre la dinorfina y los receptores de opioides kappa es el principal impulsor de la respuesta emocional al dolor en las ratas.
Sin potencial adictivo
Se necesita más investigación para confirmar si el hallazgo funciona en humanos. Si así fuese, se podrían crear nuevas líneas de analgésicos diseñadas para proporcionar respuestas positivas frente a angustia. En la actualidad, la mayoría de los analgésicos recetados se dirigen a los receptores opioides mu, amortiguando la sensación física de dolor. Pero son altamente adictivos.
Los futuros analgésicos dirigidos a los receptores opioides kappa, en lugar de los receptores opioides mu, podrían permitir a los pacientes superar su aversión al dolor, restaurando así su calidad de vida a través de una ruta diferente. El autor del estudio, José Morón-Concepción, ha declarado en un comunicado que, al abordar los aspectos emocionales del dolor, “esperamos que el dolor sea menos debilitante para que los pacientes”.
Marian Benito