Esa es la propuesta del filósofo estadounidense Adam Shriver. En un estudio que ha originado una gran polémica, sugiere la modificación genética de los animales de granja para que no puedan sentir dolor. Su argumentación es que, si vamos a seguir manteniéndolos en condiciones que mermen su bienestar, lo mínimo que podríamos hacer es utilizar los avances en genética y neurología para que no se enteren y, de paso, aliviar nuestra conciencia.
Pilar Gil Villar
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños de 10 a 12 años con problemas significativos de salud
El bisfenol A (BPA) es un disruptor endocrino que está desapareciendo poco a poco de los productos, pero los compuestos alternativos BPF y BPS no son seguros para las células
Un delfín solitario del Mar Báltico ha sido grabado hablando solo, lo que lleva a los investigadores a preguntarse si se siente solo y está pidiendo amigos
Un nuevo estudio traza una espectacular explosión de 100 millones de años en las señales de color utilizadas por los animales
