Daña la salud

Patologías cardiovasculares Aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión arterial. Interviene en la génesis de las arritmias y la aterosclerosis, y en el desarrollo de trastornos derivados de esta, como la trombosis.
Alteración del sistema nervioso Y modificación de los procesos hormonales.
Infertilidad Las mujeres pueden sufrir amenorrea y ciclos irregulares; en los hombres pone en juego los niveles y la calidad del esperma. En contra de lo que se piensa, no tiene ninguna influencia en la fecundación in vitro.
Niveles más altos de colesterol Debilita el sistema inmunitario, lo que deja el organismo expuesto a diversas infecciones, trastornos autoinmunes e incluso cáncer.
Lumbalgia
Vértigo
Problemas digestivos Colon irritable, acidez, flatulencia, etc.
Disfunciones sexuales
Cansancio extremo Desgaste físico y pérdida de vitalidad.
Alergias

Cambia nuestro cuerpo

Canas El estrés daña irreparablemente las células de los folículos que producen el pigmento.
Dermatitis, eccemas y llagas en la boca. 1 de cada 4 pacientes que acude al dermatólogo está afectado por el estrés.
Arrugas Aumenta el número de radicales libres que genera el organismo humano, lo que provoca una mayor presencia de arrugas, flacidez y manchas en la piel.
Mala vida Al acelerarse el reloj biológico, el cuerpo envejece más deprisa (hasta diez años más), lo que acorta la vida de las moléculas implicadas en el envejecimiento.
Alopecia Pérdida de cabello en forma de calvas diminutas, muy comunes en los adolescentes en la época de exámenes.

Altera la mente

Deterioro en la capacidad de aprendizaje. Acelera el proceso de deterioro cognitivo asociado a la edad cuando este ya se ha iniciado.
Daños en el hipocampo Un área cerebral clave para la memoria, debido a las exigencias metabólicas del estrés.
Tendencia a las adicciones Bajo tensión, el cerebro libera niveles muy altos de la hormona CRF, una sustancia que demanda recompensas.
Cambios repentinos en el carácter Ansiedad, angustia y aislamiento.
Alteración del sueño y aparición de ojeras
Trastornos alimentarios
Cefaleas, temblores y aparición de tics

Redacción QUO