Este gusano no es un gusano cualquiera. Su nombre es Ramisyllis multicaudata, una especie que habita en el interior de las esponjas de poca profundidad en las costas del norte de Australia. Desde que fue descrito en 2012, los investigadores tratan de descifrar las relaciones evolutivas de este animal, que presenta un patrón corporal excepcional. Su cuerpo ramificado presenta una excepción a los patrones de simetría bilateral que caracteriza a casi todos los animales.
[image id=»72370″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Ahora, María Teresa Aguado y su equipo de la Universidad Autónoma de Madrid parecen haber dado con nuevas pistas sobre él. “En un animal bilateral, como son los gusanos comunes y los propios humanos, existe un eje de simetría antero-posterior contenido en un plano sagital que divide el cuerpo en dos mitades aproximadamente simétricas», explica Aguado. «En el caso de Ramisyllis, el eje y el plano de simetría se duplican y giran 90 grados por cada ramificación”.
El trabajo, publicado en Scientific Reports, demuestra que este extraño gusano está evolutivamente cerca de los sílidos, los cuales se reproducen por esquizogamia. «Los sílidos son un grupo de anélidos o gusanos de pequeño tamaño, especialmente interesantes por su variedad de métodos reproductivos. Uno de estos métodos es la esquizogamia, basada en la producción de estolones, unidades reproductivas que crecen al final del cuerpo y que, una vez formadas y cargadas de gametos, se separan y nadan en busca de otros estolones de distinto sexo, mientras los individuos adultos permanecen en el sustrato marino y regeneran la parte perdida”.
Esta producción continuada de segmentos a lo largo de la vida y la elevada capacidad de regeneración de partes perdidas parece ser, de acuerdo con los resultados presentados, la clave para entender la formación de un patrón corporal tan inusual.
Tras estudiar los genomas mitocondriales de Ramisyllis multicaudata, los investigadores encontraron grandes diferencias en comparación con el orden génico de otros anélidos. Además, el tamaño del genoma completo de Ramisyllis parece ser mucho más grande que el estimado hasta el momento para los sílidos. “Estos datos podrían indicar que la arquitectura genómica de los antecesores del organismo era bastante lábil, y que estos animales pudieron aparecer mediante procesos selectivos de cuello de botella tras una reducción de la población y posterior deriva genética”, apunta Aguado.
Pero aún no se han resuelto todas las incógnitas sobre este extraño gusano, como por ejemplo, el origen de su alimento. “Buscamos sin éxito trazas de DNA de la esponja en las muestras de DNA del gusano, por lo que sabemos que el animal no se alimenta de la esponja. ¿Cómo un animal con una boca tan diminuta consigue alimento suficiente para mantener un cuerpo con múltiples ramas que pueden llegar a medir varios centímetros de longitud? Es un misterio”.
Redacción QUO