No para todas las especies del planeta el sexo resulta placentero. Es más, puede ser un deporte de alto riesgo para algunos personajillos tales como arácnidos, insectos y algunos artrópodos. Saben que la hembra intentará (como poco) arrancarles la cabeza una vez la cópula haya finalizado, así que han tenido que espabilarse con el fin de intentar zafarse de las ‘garras’ de la muerte.

La técnica, como bien bromea la Agencia SINC, podría incluirse en las técnicas de bondage habituales, ya que envuelven a la hembra con hilos de seda para inmovilizarla y poder reproducirse sin riesgo de un dramático final. Según descubrieron Alissa G. Anderson, autora principal del trabajo, y Eileen A. Hebets, si el macho tenía la glándula que le proporcionaba la ‘cuerda’ para atar a su amante bloqueada, su muerte estaba cerca. En cambio, aquellos que a estilo vaquero lanzaron sus redes en un mecanismo de ingenio para asegurar su supervivencia, se fueron a casa caminando con todas sus patas y una sonrisa en la boca.

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Fuente: agenciasinc.es

Redacción QUO