El gigante de Zimbabue tenía nombre: Panke, un baobab de la especie Adansonia digitata que floreció durante 2.500 años bajo el sol africano antes de derrumbarse poco a poco entre 2010 y 2011. Se hallaba entre los 13 árboles más antiguos conocidos y ahora ha compartido fatal destino con cuatro compañeros de lista, mientras otros cinco han perdido grandes fragmentos de sus múltiples troncos. Todo ello desde 2005.
Nadie sabe por qué. De hecho, la triste noticia sorprendió a sus descubridores, un grupo de investigación que intentaba descifrar el secreto del inmenso tamaño de estas plantas, que crecen en 31 países de África. Algunos pueden acumular hasta 500 m2 de madera en troncos y ramas en los que los anillos se fusionan muchas veces, lo que dificulta el cálculo de su edad.
Los que alcanzan entre 50 y 225 metros son conocidos como LOT (Large Old Trees, ‘grandes árboles viejos’): fresno de montaña de EEUU, palo rosa que prospera en Filipinas, abetos del bosque de Bialowieza en Polonia y baobabs. Todos ellos están desapareciendo.
El estudio, publicado en la revista Nature Plants, sugiere la posibilidad de que el cambio climático esté detrás de la repentina desaparición de estos árboles, también conocidos como ‘de las ratas muertas’, por la peculiar forma de sus frutos colgantes.
Redacción QUO