¡Oh Capitán, mi Capitán! Nuestro viaje ha terminado;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, ganamos el premio que buscamos;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante (…)

Así da comienzo el poema que Walt Whitman escribió para el Presidente Lincoln tras su asesinato. Hoy, esos versos nos evocan al actor que hizo levantarse a una clase entera en el Club de los Poetas Muertos, al que voló libre y feliz por el País de Nunca Jamás en Hook, a ese adorable DJ que llegó a Saigón para entretener a los soldados sin saber muy bien dónde se metía en Good Morning Vietnam o cuando ÉL fue ELLA en la divertidísima Señora Doubtfire. Único, inimitable y con una enorme sonrisa ‘pegada’ a una cara, Robin Williams era el actor por excelencia de la infancia de muchos.

Según el informe oficial, el actor fue encontrado en su domicilio sin vida este pasado lunes. Su muerte se certificaba a las 12.00 pm. Todo apunta a que podría haber sido un suicidio.

No sé vosotros, pero nosotros volvemos a levantarnos. Hasta siempre Señor Keating.

El día de hoy no se volverá a repetir

«El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida».

El club de los poetas muertos

Goooooooooood morning Vietnaaaaaammmm!

Sin duda una frase antológica del cine que ha pasado a la historia.

Good morning Vietnam

¿Te has sentido vulnerable?

“Nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable, ni te has visto reflejado en sus ojos. No has pensado que Dios ha puesto un ángel en la tierra para tí, para que te rescate de los pozos del infierno, ni qué se siente al ser su ángel y darle tu amor y darlo para siempre.” 

El indomable Will Hunting

 

El País de Nunca Jamás

Garfio: –Así que se acabaron tus aventuras. 

Peter Pan: –¡Oh no! ¡vivir! ¡vivir será una fantástica aventura!

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Peter Pan: -Quiero que cuides de todo el que sea menor que tú.

Niño Perdido 1: -Bien…

Niño Perdido 2: -Y, ¿a quien cuidaré yo?

Peter Pan: -Puedes cuidar… a los bichitos.

¿Qué es una imperfección?

“Lo que nos hace diferentes son las imperfecciones”.

El hombre bicentenario

 

No sé ni por qué te amo, pero te amo

«No te amo como rosa de sal, topacio o flechas de claveles que propagan el fuego. Te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre las sombras y el alma.

Te amo sin saber cómo, ni cuánto, ni de dónde, te amo directamente sin problemas ni orgullo, así te amo porque no sé amar de otra manera, tan cerca, que tu mano sobre mi pecho es mi mano, tan cerca, que se cierran tus ojos con mi sueño.”

Patch Adams

Que la inteligencia te acompañe

“Hay un momento para el valor y otro para la prudencia; el que es inteligente los distingue”.

El club de los Poetas Muertos

Cuando él fue ella

«Si encuentro al misógino que inventó los tacones lo mato».


Señora Doubtfire

Despertares

«Sus ojos, de tanto mirar entre las rejas están tan cansados que ya no pueden ver otra cosa, para él es como si hubiera mil rejas y tras estas mil rejas no existiera un mundo.

Camina en círculos una y otra vez y sus vigorosos pasos son como una danza ritual alrededor de un centro, donde una voluntad gigantesca yace paralizada; de vez en cuando el telón de los ojos se levanta en silencio y penetra una forma, se desliza por el silencio tenso de los hombros, llega al corazón y muere».

Despertares

¡¡¡Jumanji!!!

Jumanji, un juego para los que buscan quizás el modo de dejar su mundo atrás. Tire los dados para mover. El doble da otro turno. El primero que llega a la meta, gana.

Advertencia a los aventureros: no empiecen si no piensan terminar. Las terribles consecuencias de este juego terminarán cuando un jugador llegue a Jumanji y repita su nombre luego.

«¡Has errado tu tiro, pimpollo!»