Hay lugares en los que la vida puede ser un auténtico infierno, y parece que Norilsk es uno de ellos. Se trata de la ciudad más grade de Siberia. Fue construida en los años 20 por prisioneros de varios gulags, y se convirtió en la sede de una industria minera basada en la explotación de los yacimientos de níquel, actividad que sigue siendo el principal motor de la región.
Actualmente, la población de Norilsk ronda el medio millón de habitantes. Son personas que viven en la que está considerada una de las diez ciudades más contaminadas del mundo, ya que sus industrias liberan al menos 500 toneladas de óxidos de cobre y níquel y 2 millones de toneladas de dióxido de azufre al aire cada año afectando a 135 mil habitantes. Se estima que la esperanza de vida es en este lugar diez años inferior a la del resto de Rusia.
Por si todo esto fuera poco, se trata también de una de las ciudades más frías del planeta. En inviernos e alcanzan temperatura de 50 grados bajo cero, y durante m´ñas de cuarenta días la ciudad se sumerge en una noche perpetua.
Desde el año 2001 el acceso a Norilsk está prohibido a todo el que no sea ruso. Oficialmente, las autoridades tomaron esta medida para evitar el aumento del consumo de drogas y de los casos de sida, que atribuían a la presencia de extranjeros. La única posibilidad de visitar este lugar (si es que alguien realmente desea visitar un sitio así), es que alguno de sus habitantes le invite, y esperar a que la burocracia local apruebe dicha solicitud.
Y ante este dado, nos preguntamos: está prohibido entrar en Norilsk pero, ¿también lo estará salir de allí? porque eso si que sería realmente terrorífico.
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