Dos equipos dirigidos por R. Paul Butler (de la Carnegie Institution de Washington) y Steven S. Vogt (del U.C. Santa Cruz), un binomio de cazadores de exoplanetas estadounidenses responsables de muchos de los hallazgos localizados hasta ahora.
Butler y Vogt lo hicieron público el 29 de septiembre de 2010, al recibir confirmación de otros astrónomos. El planeta fue descubierto por el método del tirón gravitacional, que implica medir el leve bamboleo que sufre la posición de la estrella cuando el planeta se acerca a su punto de máxima aproximación. Los cálculos se efectuaron en función de las observaciones realizadas por los dos equipos desde telescopios situados en Chile y Hawai. No fue fruto de un día; de hecho, para medir la periodicidad de su órbita llegaron a emplearse los datos de 11 años de observaciones del telescopio Keck 1 en Mauna Kea.
Este planeta orbita a una pálida enana roja llamada Gliese 581, ubicada a 20 años luz de nuestro Sol en la constelación Libra. Es una de las 100 estrellas más cercanas a la Tierra, y su masa es solo un tercio de la de nuestro Sol: es menos luminosa.
En notación astronómica, los planetas reciben el nombre de su estrella madre seguido de una letra (distinta de la “a”) que indica su orden cronológico de descubrimiento según el alfabeto. Así esa “g” significa que este mundo es el 6º encontrado alrededor de la estrella Gliese 581.
Se cree que Gliese 518G es el primer exoplaneta rocoso encontrado dentro de la zona de habitabilidad circunestelar (o Goldilocks Zone). Es decir, el planeta se encuentra a una distancia de su estrella tal que la temperatura en su superficie permitiría que hubiera agua líquida.
Se estima que tiene una masa entre tres y cuatro veces superior a la de nuestra Tierra, suficiente para que fuese capaz de retener su atmósfera. Los científicos han estimado que su temperatura media superficial podría variar entre los -12 y los -31ºC. Casi la misma temperatura que se da en la Antártida en verano.
Gliese 581G completa una órbita alrededor de su estrella madre en solo 37 días. En otras palabras: su año dura 37 días terrestres. Su órbita es casi circular, y la distancia promedio entre este mundo y su estrella madre es de 22,5 millones de kilómetros, lo que lo sitúa en el medio de la zona Goldilocks. Se cree que este planeta está vinculado a su estrella por un efecto marea similar al que conecta a la Tierra y la Luna.
Se cree que Gliese 581G mantiene siempre la misma cara hacia su estrella (no hay rotación, como en la Tierra) lo que podría servir para crear ambientes lo bastante hospitalarios para la presencia de vida. Siendo optimistas, nada más complejo que diminutas algas, en todo caso.n
Redacción QUO
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