Si tomáramos una semilla y la arrojáramos al futuro para ver cómo respondería al cambio climático, ¿qué tan realista sería el resultado obtenido? Después de todo, las semillas “reales” pasan por generaciones de cambios genéticos y adaptaciones que estas semillas de «viaje en el tiempo» no experimentarán.
Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de California y la Universidad de Southampton han publicado un estudio publicado en Global Change Biology que analiza esta pregunta. Y los resultados muestran que los laboratorios especializados se parecen más a la realidad de lo que se creía anteriormente.
El dióxido de carbono atmosférico ha aumentado constantemente desde la Revolución Industrial y ahora se encuentra en los niveles más altos que el planeta ha experimentado en millones de años. Los científicos han investigado cómo las plantas responderán al cambio climático futuro en instalaciones al aire libre llamadas Enriquecimiento de CO2 con aire libre (FACE, por sus siglas en inglés), en las que los cultivos se tratan en un ambiente con una mayor cantidad de dióxido de carbono.
Los científicos compararon las respuestas de las plantas en las instalaciones de FACE con las respuestas de plantas en 11 zonas naturales de alto contenido de CO2. Estas últimas sobreviven a concentraciones extremadamente altas de dióxido de carbono, hasta 1.000 partes por millón en algunas áreas, durante muchos años.
«Los resultados señalan sorprendentemente, que sí, que todos los experimentos que hemos realizado en las instalaciones de FACE nos están dando una idea bastante clara de cómo es probable que las plantas respondan en el futuro – explica Gail Taylor, líder del estudio, en un comunicado.
¿Y cómo es probable que respondan las plantas? De forma positiva, pero con advertencias. Como factor aislado, se espera que las altas concentraciones de CO2 den como resultado un mayor crecimiento de las plantas y un continuo reverdecer global. Sin embargo, las sequías y las altas temperaturas, que se espera que aumenten con las proyecciones climáticas futuras, pueden limitar ese crecimiento.
“Si las plantas están expuestas a temperaturas más altas y sequías, es probable que haya impactos negativos – concluye Taylor – . Pero nuestro análisis nos da confianza de que es probable que las plantas sigan respondiendo positivamente al aumento de CO2 si no hay otros factores climáticos limitantes”.