Las emisiones de CO2 no sólo contribuyen a empeorar nuestro clima, sino que podría complicar la vida a los forenses y arqueólogos de forma drástica. Esto es a consecuencia de que las emisiones de combustibles fósiles pone en riesgo la datación por carbono, un método usado en la medicina judicial y especialmente en la arqueología para determinar la edad de materiales que contienen carbono. Teniendo en cuenta que es una técnica de datación absoluta en la arqueología, podéis imaginar lo que complica la vida a los arqueólogos esta cuestión.

Este isótopo radioactivo es una herramienta que ayuda a saber la antigüedad de los objetos pero, a consecuencia de la quema de combustibles como el petróleo o el carbón podría dejar de ser efectiva, ya que disminuye de forma notable la presencia de carbono no radiactivo en la atmósfera. Según una investigación publicada en la revista PNAS, esto implica que si esta técnica se utiliza en 2050, será completamente imposible distinguir la antigüedad de un objeto de esa década a otro de hace mil años. La publicación de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos reconoce que «algunas aplicaciones actuales del carbono 14 dejarán de ser viables y otras se verán fuertemente afectadas».

Según explicaba el autor del artículo para la BBC, «poder utilizar este tipo de carbono en el futuro dependerá de las concentraciones de CO2«. Las dataciones dejarán de ser fiables a consecuencia de los cambios sufridos en la mezcla isotópica del carbono. Los combustibles fósiles no disponen de ningún contenido de carbono 14 y la quema de estos combustibles en el último siglo ha diluido notablemente el contenido del carbono 14. Eso, añadido a las pruebas atmosféricas de armas nucleares en las décadas de 1950 y 1960 complican la situación. Desde entonces, las observaciones atmosféricas muestran que los niveles de carbono 14 han caído en picado y que ahora están cerca de las proporciones de la era preindustrial.

El nuevo estudio indica que en 2020 la fracción de este isótopo radioactivo podría caer hasta el punto, que la datación por radiocarbono comenzará a verse notablemente afectada. Tanto, que impediría distinguir la antigüedad de una camiseta usada por Sheldon Cooper de un traje portado por Guillermo el Conquistador mil años antes.

La datación por radiocarbono ha contribuido al enriquecimiento de ciencias como la antropología y la arqueología. Estudiar las actividades y los materiales de antaño nos ayuda a comprender nuestro pasado y, por ende, nuestra historia. Saber cuándo y por qué desapareció una cultura, las relaciones sociales y ambientales que mantenía, confirmar la autenticidad de un objeto o desacreditar hallazgos históricos o antropológicos. Por desgracia, el radiocarbono es un isótopo muy inestable. Cuando un ser vivo fallece y deja de interactuar con la biosfera, el carbono 14 permanece en sus restos, aunque disminuye al cabo de miles de años. Las emisiones fósiles están provocando que éste desaparezca de las muestras e impida conocer la antigüedad de restos humanos o de objetos de nuestro pasado que tienen una gran importancia para nosotros.

Fuentes:

pnas.org | phys.org | bbc.co.uk | eurekalert.org |

Redacción QUO