Los hermanos fantasma se cuentan por millones. Según las estimaciones, una de cada ocho personas nacidas en un parto simple tuvieron un hermano gemelo durante los primeros compases del embarazo. Algunos de ellos incluso fueron detectados gracias a las ecografías. Luego, desaparecieron sin dejar rastro, absorbidos por el organismo en desarrollo de su hermano, el tejido de la madre o la placenta.
El embrión perdido se conoce como ‘gemelo evanescente’ y suele esfumarse durante las primeras semanas de gestación del feto.