Un equipo de científicos de la Clínica Mayo han demostrado en ratones que la obesidad aumenta el nivel de células zombies o senescentes en el cerebro, y que esas células, a su vez, están relacionadas con la ansiedad. Cuando se usan medicamentos para eliminar esas células, los comportamientos vinculados a la ansiedad en los ratones se disipan. Los hallazgos se han publicado en Cell Metabolism.
Las células zombie son células semi-activas que permanecen en un área determinada del cuerpo y, al hacerlo, afectan otras funciones. Previamente se había demostrado que contribuyen a aspectos del envejecimiento, desde la osteoporosis hasta la diabetes y la debilidad muscular. En este caso, los investigadores sabían que la obesidad, tanto en humanos como en ratones, está relacionada con el aumento de la ansiedad y otros problemas emocionales. Sin embargo, los detalles de esa relación no están claros.
Usando ratones modificados genéticamente y ratones normales, el equipo determinó que los ratones del estudio desarrollaron más células de grasa en el área del cerebro que controla la ansiedad y tuvieron un aumento significativo de células senescentes en esa región. La eliminación de las células con fármacos senolíticos (que inducen selectivamente la muerte de células senescentes) en los dos modelos de ratones anuló la conducta ansiosa; las células lipídicas en el cerebro desaparecieron y la neurogénesis se reanudó.
En un comunicado los autores señalan que “nuestros datos demuestran un vínculo entre la obesidad, la senescencia y la ansiedad y proporcionan un apoyo crítico para la posible viabilidad de administrar senolíticos para tratar esta conducta asociada a la obesidad”.