La obesidad, que afecta a más de 650 millones de personas en todo el mundo, es la principal causa de síndromes metabólicos como la resistencia a la insulina, la intolerancia a la glucosa, la hipertensión y los elevados niveles de lípidos en sangre.

Para gran sorpresa de un grupo de científicos especializados en oncología, liderados por Anton Wellstein, una proteína que investigaban por su posible papel en tratamientos para el cáncer, resultó ser un potente regulador del metabolismo. Los resultados, publicados en Scientific Reports, señalan que la expresión forzada de esta proteína en ratones obesos, mostró una notable reducción del contenido de grasa en su cuerpo, a pesar de la predisposición genética a comer todo el tiempo.

El estudio sugiere que la proteína FGFBP3 (BP3 para abreviar) podría ofrecer una terapia novedosa para revertir los trastornos asociados con el síndrome metabólico, como la diabetes tipo 2 y la enfermedad del hígado graso.

Debido a que la BP3 es una proteína natural y no una fármaco sintético, los ensayos clínicos de la BP3 humana podrían comenzar después de una ronda final de estudios preclínicos, según los investigadores.

“Descubrimos que ocho tratamientos con BP3 durante 18 días eran suficientes para reducir en más de un tercio la grasa en ratones obesos”, concluye Wellstein en un comunicado.

Los tratamientos también redujeron una serie de trastornos relacionados con la obesidad en los ratones, como la hiperglucemia (exceso de azúcar en la sangre que a menudo se relaciona con la diabetes) y eliminaron la grasa en sus hígados. Según los investigadores, el examen clínico y microscópico de los ratones no mostró efectos secundarios

Si bien los resultados del estudio son muy esperanzadores, los responsables advierten que será preciso realizar estudios adicionales antes que la proteína BP3 se pueda utilizar en humanos.

Juan Scaliter