A pesar de que fueron pocos los que creyeron en un principio en la investigación del israelí Daniel Shechtman, y otros tantos los que llegaron a pedirle que incluso abandonara su investigación, finalmente su tenacidad en demostrar la excepcionalidad de los cuasicristales, un nuevo material hallado por él que posee formas regulares que siguen normas matemáticas, abrió los ojos al mundo científico.Estas formas nunca se repiten entre ellas y recuerdan a los fascinantes mosaicos árabes solo, que en esta ocasión, formado por átomos. Su simetría no correspondía a una agrupación simétrica de cristales iguales, sino que era quíntupla. El mineral está formado de una aleación de cobre, hierro y aluminio. El descubrimiento permitió finalmente a Shechtman hacerse con el Nobel de Química el pasado mes de octubre de 2011 ante la atónita mirada de sus colegas más escépticos.
A pesar de lo excepcional del material encontrado, aún quedaba abierta una cuestión ¿Cuál es el proceso natural que ha creado estas estructuras?. Hoy, una nueva investigación publicada en la revista PNAS, muestra que los cuasicristales podrían ser aún más extraños. Según recoge en su investigación el autor del estudio y físico teórico Paul Steinhardt, los cuasicristales proceden del espacio, concretamente de los meteoritos conocidos como ‘condrita carbonosa‘, los cuales representan el 85,7% de meteoritos que caen en la Tierra.
El hallazgo ha sido realizado gracias a muestras encontradas y analizadas en Rusia. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores del equipo de Steinhardt utilizaron la técnica de espectrometría de masa para así medir los diferentes isótopos de oxígeno, un elemento de los hallados en las muestras de los cuasicristales. Una vez recogidos los resultados y comparándolos con patrones anteriores, los físicos se percataron de que su patrón coincidia con los minerales que se encuentran en las condritas carbonosas que a los que se han originado en la Tierra. Además, la muestra poseía también un tipo de sílice -compuesto de silicio y oxígeno que forma la arena o el cuarzo- que solo se podría haber formado a muy altas presiones.
De esto, el equipo deduce que estos datos sugieren que los cuasicristales se habrían formado en un impacto de alta velocidad como un meteorito cuando golpea la superficie de la Tierra. Según señala PNAS: «Las evidencias indican que los cuasicristales se forman de manera natural en condiciones astrofísicas y se mantienen estables en escalas de tiempo cósmico«.
Redacción QUO
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