No es la primera vez que David Spratt y Ian Dunlop firman un artículo con pronósticos apocalípticos. Pero en esta oportunidad ponen una fecha a sus predicciones: 2050. En poco más de 30 años, según el análisis realizado por estos expertos la civilización humana está programada para colapsarse en 2050 si no reaccionamos inmediatamente a la amenaza del cambio climático.
El análisis concluye que el cambio climático es «un riesgo de seguridad nacional actual y existencial» que «amenaza la extinción prematura de la vida inteligente originada en la Tierra o la destrucción permanente y drástica de su potencial de desarrollo futuro deseable».
En otras palabras, el mundo está «en un camino hacia el fin de la civilización humana y la sociedad moderna, tal como la conocemos».
En 2050, la humanidad podría alcanzar un «punto de no retorno» en el que «la perspectiva de una Tierra en gran parte inhabitable conduzca a la ruptura de las naciones y al orden internacional».
En este sentido, los autores señalan la necesidad de “una movilización de emergencia de mano de obra y recursos en toda la sociedad» que sería «similar a la de la Segunda Guerra Mundial”. El objetivo sería una estrategia industrial de carbono cero que permita limitar el calentamiento global a solo 1,5 grados centígrados y no a los tres grados centígrados que los informes anteriores advierten.
«Incluso solo 2º C podrían hacer que más de mil millones de personas deban ser reubicadas y, en los peores escenarios, la escala de destrucción está más allá de nuestra capacidad de modelar con una alta probabilidad de que la civilización humana llegue a su fin – señala el informe –. El 35% de la superficie terrestre global, y el 55% de la población, estarán sujetos a más de 20 días al año de condiciones de calor letal, más allá del umbral de la supervivencia humana”.
Pese a los pronósticos, hay que puntualizar que el informe no ha sido publicado en una revista científica y al respecto, Alvin Stone, del Consejo de Investigación Australiano, señala que “no pretende ser un documento científico, sino que está diseñado para traducir la ciencia en acción y resaltar los riesgos.”