Se trata de una ilusión óptica diseñada por investigadores para probar cómo el contraste engaña al cerebro. Parece mostrar un rombo moviéndose por la pantalla. Hacia arriba y hacia abajo y de izquierda a derecha, pero en realidad no cambia físicamente su ubicación.
La ilusión produce un movimiento continuo que engaña al espectador y hace que piense que el rombo se está moviendo por la pantalla, sin embargo, permanece estable. El movimiento se imita cambiando el contraste entre los bordes de las tiras alrededor de los bordes del diamante y el fondo para crear la percepción del movimiento.
La ilusión del «diamante perpetuo» (así lo han llamado, en inglés: perpetual diamond) no proporciona pistas sobre su orientación o dirección hasta que se anima, generando movimiento solo a través de señales de contraste.
«A menudo damos por sentado la percepción de movimiento porque asumimos que el movimiento corresponde a objetos que cambian de ubicación en el mundo real», explicó el autor del estudio Arthur Shapiro, «sin embargo, el cerebro tiene muchos procesos que pueden conducir a la percepción del movimiento, y hay muchos tipos de imágenes que pueden estimular estos procesos».
Dependiendo de la combinación de bordes iluminados, el diamante parecerá moverse en diferentes direcciones. Por ejemplo, si los dos bordes superiores parpadean entre negro y blanco y los dos bordes inferiores hacen lo contrario, el diamante parece moverse continuamente hacia arriba.
El diamante perpetuo es útil para realizar mediciones rápidas y fáciles de contraste y agudeza visual, dijo Shapiro, y sus estudiantes ya han estado usando la ilusión para evaluar la visión en pacientes con degeneración macular, glaucoma y otras afecciones de la visión.
Shapiro anima a que hagamos la verificación de la distancia. Consiste en alejarse de la pantalla y observar hasta dónde puedes llegar antes de que desaparezca el efecto. ¿Cuánto has tenido que alejarte?