Cuando Josep Escoda acabó el INEF era un deportista más, algo amante de las acrobacias (acabaría participando con muy buenos resultados en el Campeonato Mundial de esquí acrobático en 1986) y apasionado por la enseñanza y el entrenamiento. Sin embargo, el destino de Escoda estaba escrito por otra de sus pasiones: la tecnología. A principios de la década de 1980, cuando en España casi nadie sabía lo que eran los ordenadores, Josep ya estaba trabajando con ellos para su uso en la optimización deportiva. Tanto que, siendo profesor en el colegio Viaró de Sant Cugat, ya basaba sus métodos de entrenamiento en la tecnología: “Entonces tenía un ordenador de bolsillo, el HP-75, y lo utilizaba para monitorizar y tener resultados de los niños a los que daba clase. Ya entonces podía tener sus resultados en tiempo real”.
En 1985 se creó el primer centro de España de control tecnológico integral de los deportistas. No es raro que el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat contara ya entonces con Josep Escoda, que en la actualidad es el responsable de su área de Investigación, Ciencia y Tecnología.
Pese al tiempo transcurrido, Escoda mantiene esa capacidad para romper con lo establecido. Ese joven que en 1985 era capaz de desarrollar un software para recoger digitalmente los resultados del campeonato de esquí náutico, en la actualidad sigue buceando en la vanguardia tecnológica. Han pasado casi treinta años, pero Josep mantiene su obsesión por la monitorización informática de los atletas: así, por ejemplo, este verano tendrán desarrollado un nuevo sistema de control de nadadores para poder ponerlo en práctica durante el Campeonato del Mundo de Natación de Barcelona: “Hacemos que los entrenadores realicen un seguimiento de los deportistas de forma completamente automática e instantánea, algo que ya se ha hecho anteriormente, pero mejorando su acceso a los datos y la capacidad de tenerlos en tiempo real”.
[image id=»60279″ data-caption=»Escoda es director del área de Investigación, Ciencia y Tecnología del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat» share=»true» expand=»true» size=»S»]El control que realiza el CAR de las medidas biométricas de los deportistas ha permitido colaboraciones insospechadas. Por ejemplo, con la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) para la implementación de esos monitores en los trajes de los astronautas, en el llamado proyecto MARES: “Desarrollamos ese ergómetro, que realiza un análisis muscular y que sigue ahora mismo en la Estación Espacial. Les ayudamos a preparar los protocolos de validación, para conocer el estado físico y la comodidad de los astronautas en todos sus movimientos”.
Esta colaboración espacial del centro de Sant Cugat tiene mucho que ver con el futuro del seguimiento biométrico de los atletas: “La salud y el rendimiento de los atletas tienen que ir acompasados. Sin salud es evidente que no hay rendimiento, pero tenemos que forzar la tecnología para que todo este control no sea demasiado invasivo para el deportista. De alguna manera, el futuro pasa por trasladar los laboratorios al escenario de entrenamiento, y no al revés. Hay que llevar los sistemas de medida al lugar donde el deportista pasa sus siete u ocho horas de entrenamiento, y tenemos que poder darle el feedback de su actividad en tiempo real”.
En la actualidad, Josep Escoda y el CAR de Sant Cugat están inmersos en numerosas ideas innovadoras. Posiblemente, la más destacada sea la participación en Experimedia, un gran proyecto europeo de desarrollo de las posibilidades de las nuevas tecnologías de la información e internet y que incluye, además del deporte, campos como la nueva museografía y el ocio interactivo.
Experimedia utiliza tecnologías como el cloud computing, streaming de vídeo, realidad aumentada, imágenes en 3D… que tienen un enorme arsenal de potencialidades que sin duda contribuirán a la mejora del rendimiento deportivo del futuro. “Las imágenes del entrenamiento de los deportistas se relacionan con una serie de parámetros fisiológicos, físicos y mecánicos que aportan la explicación a lo que está pasando. La clave es procesar esa información de manera que sea fácil de interpretar e inteligible para poder trabajar, con esa base, en las mejoras”.
Para este proyecto, Escoda cuenta ni más ni menos que con el galardonado equipo nacional de natación sincronizada. Todo un lujo.
Redacción QUO
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