A simple vista, el luminoso tejido de nuestra galaxia solo se quiebra en escasas zonas oscuras. Pues justo ahí empieza a gestarse su futuro. Un estudio dirigido por Yancy Shirley las ha identificado como nubes de gas y polvo cuyas partículas están empezando a fusionarse para dar lugar a los cúmulos que se materializarán en estrellas y planetas. Hasta ahora, esa fase inicial apenas se había detectado porque el polvo que la alimenta no deja pasar la luz visible. Sin embargo, sí brilla en las longitudes de onda de radio que capta el telescopio SMT del Radio Observatorio de Arizona. Con ese instrumento, el equipo de Shirley ha analizado la zona de la galaxia visible desde el hemisferio norte y ha desvelado las nubes de gas. En un artículo en el Astrophysical Journal deducen de sus datos que la producción de estrellas de la Vía Láctea debe de rondar una masa solar al año, y que el estadio de nube gaseosa ha de ser más breve que el de cúmulo en la vida de una estrella.
Pilar Gil Villar
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