Todo comenzó cuando el profesor Joe Colistra recibió dos becas relacionadas con la innovación en la arquitectura, una del Instituto Americano de Arquitectos y otra del Fondo Comunitario Gigabit de Mozilla. Esto le permitió explorar, juntos a sus alumnos, a lo largo de todo un semestre, la posibilidad de incorporar el Big Data y la tecnología de detección en los cimientos (literalmente) del hogar del futuro. La idea es incorporar una enorme cantidad de sensores para recoger datos biométricos de los habitantes de una casa.
“Lo primero que nos preguntamos – explica Colistra en un comunicado – fue ¿qué haríamos con un ancho de banda ilimitado ? Así que pasamos a la cuestión de los grandes datos recolectados a través del entorno de la construcción. ¿Qué ocurre si nuestra casa pudiera evaluar el golpe de las pisadas, el número de veces que salimos de casa, cuantas veces vamos al baño o las horas que dormimos? La idea es usar el Internet de las cosas para vincular todos esos datos juntos”.
Colistra explica que la idea de un suelo capaz de medir las pisadas “nos dirá si alguien se ha caído, si hay titubeos en los pasos, algo que podría ser un precursor de Alzheimer. Se trata de sensores que utilizan algoritmos predictivos para monitorizar nuestra salud. Los espejos inteligentes, por ejemplo, podrían buscar cambios en nuestra piel (desde lunares o lesiones hasta efectos de un derrame cerebral. Estamos estudiando la posibilidad de tomar lecturas de hidratación que podrían conducir a ajustar un medicamento diurético o cardíaco sobre la marcha. Es algo que podría revolucionar la medicina geriátrica, una vivienda que es un dispositivo médico”. El proyecto estará listo en unos cinco meses.
Juan Scaliter
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