El feto se desarrolla flotando en el útero, bañado en una mezcla de secreciones celulares y proteínas únicas. Antes de la fecundación, el pH del líquido uterino ayuda a crear un ambiente propicio para la migración de los espermatozoides y luego es su volumen el que ayuda al embrión mientras se implanta en la pared del útero. Ahora un nuevo estudio, publicado en Trends in Molecular Medicine, sugiere que el líquido uterino puede desempeñar otro papel clave en el desarrollo embrionario: comunicar las condiciones externas de la madre al feto, para que éste pueda prepararse.
Otros estudios realizados en ganado, en roedores y en humanos, han demostrado que la información del ambiente de la madre (por ejemplo, disponibilidad de alimentos, estrés y exposición a contaminantes) puede dejar marcas epigenéticas en el ADN del feto, pudiendo influir en su salud a largo plazo
«Esto sugiere – explica En-Kui Duan, principal autor del estudio – que el fluido uterino es un medio de comunicación que transfiere información entre el ambiente materno y el embrión. El período de preimplantación es un momento crítico para programar la salud de las crías y, por lo tanto, es deseable que las madres mantengan una buena dieta y se mantengan alejados de situaciones de estrés y sustancias químicas nocivas durante este período crítico”.
Aunque todavía hay mucho que aprender sobre cómo se produce la comunicación madre-feto, la teoría es que la información se mueve de una célula a otra entre el líquido uterino y el tejido entregando su carga, incluyendo microARNs y aminoácidos, al feto. Esta carga podría etiquetar ADN de células fetales y alterar qué genes están siendo expresados, y por lo tanto pueden contribuir a «programar» cómo se desarrollan el embrión y/o la placenta.
Por ejemplo, estudios con ratones han demostrado que una dieta materna baja en proteínas puede reducir el nivel de ciertos aminoácidos en el fluido uterino y afectar la expresión de los genes relacionados con el transporte de la nutrición. Si bien estos cambios podrían prevenir la desnutrición en el embrión en desarrollo, al crecer tendrá una mayor predisposición a enfermedades cardíacas.
Los autores especulan que el líquido uterino podría algún día ser utilizado para analizar o incluso manipular qué señales están recibiendo un feto.
Juan Scaliter
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