Encender o apagar el hambre. Es lo que han conseguido los científicos de la Universidad de Rockefeller justo después de encontrar nuevos ‘interruptores’ en ratones de este proceso biológico.
El hallazgo pasa, en primer lugar, por el descubrimiento de poblaciones neuronales que controlan el hambre en un área del cerebro llamada núcleo dorsal del rafe. Un grupo de neuronas se activaba cuando los roedores tenían el estómago lleno y liberaban un neurotransmisor excitatorio llamado glutamato. Cuando los animales tenían hambre, otro grupo de células en el núcleo del rafe comenzaba a funcionar y liberaba GABA.
Pero lo más interesante llega cuando el equipo de Alexander Nectow, a cargo de la investigación, logra actuar sobre esos ‘interruptores’. Así, los científicos activaron mediante dos métodos diferentes (lumínico y químico) las neuronas productoras de glutamato y en ambos casos vieron cómo los ratones comían menos y perdían peso. Lo mismo ocurría cuando se realizaba el proceso opuesto; la estimulación de las neuronas productoras de GABA causó el efecto esperado, los ratones comían más y aumentaban de peso.
El hallazgo, publicado en la revista Cell,abre un nuevo camino para la comprensión y el posible tratamiento de la obesidad y se suma a los sistemas de regulación del apetito ya conocidos, como el de la leptina. Esta hormona, descubierta en 1994, actúa en el hipotálamo reduciendo el apetito y su identificación ha motivado numerosos estudios en torno a ella.
Redacción QUO
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