Nacieron el mismo año, 1936, en el Reino Unido. Entretuvieron sus respectivas infancias con los “bichos” que encontraban y, tras conocerse en Canadá y casarse, enmendaron la plana a otro británico, Charles Darwin, en el terreno que este abanderó: la evolución.
Rosemary y Peter Grant han pasado cuarenta años visitando las Islas Galápagos y estudiando los mismos pinzones que investigó el gran científico. Y han llegado a la conclusión de que la selección natural no es un proceso a larguísimo plazo, como defendió aquel. Sus efectos pueden apreciarse al cabo de solo dos años. En estancias anuales de entre dos y seis meses en la inhóspita isla Daphne Major, etiquetaron y tomaron sangre y datos de tamaño y peso a las 13 especies de pinzones que allí habitan. Y comprobaron que los cambios en los alimentos disponibles –debidos a sequías, lluvias prolongadas o presencia de predadores y competidores– podían modificar la longitud, el peso o el tamaño del pico de una generación a otra.
Los datos genéticos que tomaron les sirvieron además para ir desvelando los mecanismos que dan lugar al surgimiento de una nueva especie.
Por todo ello, han sido nombrado hoy ganadores del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2017 en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación. El acta del jurado destaca especialmente “sus profundas aportaciones a nuestra comprensión de los mecanismos y procesos que subyacen a la evolución en la naturaleza”.
El matrimonio británico ha podido ser testigo de la aplicación de sus aportaciones. Por ejemplo, en el programa de recuperación del lince ibérico en España. “Al encontrarnos ante una pérdida de variabilidad genética, junto a otras medidas preventivas, se han introducido individuos con genotipos que se adaptan mejor, por ejemplo mostrando mayor resistencia a enfermedades como la leucemia felina (FeLV)», según explica Pedro Jordano, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana (CSIC). La estrategia de identificar las variantes de coral más resistentes y repoblar con ellas arrecifes dañados también aprovecha los estudios de los Grant.
Los dos profesores, ya eméritos de la Universidad de Princeton (EEUU), recibirán su premio, dotado con 400.000 euros, un diploma y un símbolo artístico, en Madrid el próximo 13 de junio.
Pilar Gil Villar
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