Gracias a un fenómeno extraordinario, un grupo de científicos, liderados por Dirk Schulze-Makuch, ha visto por primera vez, cómo ciertos organismos “vuelven a la vida” en el desierto más seco del mundo, un hallazgo que podría dar claves sobre la vida en Marte. Todo se debe a la lluvia.
Los científicos llevan tiempo preguntándose si los microbios en el suelo del rincón más seco del desierto de Atacama en Sudamérica, donde pasan décadas sin lluvia, son residentes permanentes o simplemente restos moribundos, arrastrados por el clima.
Para intentar resolver esto, el equipo de Schulze-Makuch estudió durante años este entorno, el lugar más similar en la Tierra a la superficie marciana. En una de sus primeras visitas, en 2015 Schulze-Makuch y su equipo se vieron sorprendidos por un evento casi único: llovió.. Y casi inmediatamente después, los investigadores detectaron una explosión de actividad biológica en el suelo de Atacama.
Las precipitaciones les permitieron recolectar muestras del suelo y realizar análisis genéticos para identificar las diferentes comunidades microbianas que se estaban reproduciendo en las muestras. Gracias a ello descubrieron varias especies autóctonas de vida microbiana que se habían adaptado para vivir en el entorno hostil.
Durante los siguientes dos años, los científicos regresaron a Atacama para realizar un seguimiento y descubrieron que las mismas comunidades microbianas en el suelo volvían gradualmente a un estado latente a medida que desaparecía la humedad.
«En el pasado – explica Schulze-Makuch en un comunicado –, se habían descubierto organismos moribundos cerca de la superficie y restos de ADN, pero esta es realmente la primera vez que alguien ha podido identificar una forma de vida persistente en el suelo del desierto de Atacama. Creemos que estas comunidades microbianas pueden permanecer latentes durante cientos o incluso miles de años en condiciones muy similares a las que se pueden encontrar en un planeta como Marte y luego volver a la vida cuando llueve”.
Si bien la vida en las regiones más áridas de la Tierra es dura, la superficie marciana es un ambiente aún más duro: se trata de una versión aún más seca y mucho más fría del desierto de Atacama. Sin embargo, no siempre fue así.
“Sabemos que hay agua congelada en el suelo marciano – concluye Schulze-Makuch – y la investigación reciente sugiere nevadas nocturnas y otros eventos de aumento de la humedad cerca de la superficie. Si la vida alguna vez evolucionó en Marte, nuestra investigación sugiere que podría haber encontrado un nicho bajo la actual superficie extremadamente árida”.
El estudio se ha publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Juan Scaliter
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