Las diferencias de sexo pueden tener consecuencias clínicas de largo alcance en lo que respecta al trasplante de órganos. Así lo señala un estudio realizado por investigadores del Hospital Brigham and Women’s que evaluó qué se sabe de los mecanismos que pueden explicar las discrepancias entre las tasas de rechazo para receptores masculinos y femeninos y qué cuestiones quedan por explorar en futuros estudios. El análisis se ha publicado en Trends in Immunology.
El rechazo de trasplantes es un fenómeno complicado con muchos factores contribuyentes, y los investigadores señalan que recibir un órgano del sexo opuesto no debe ser motivo de preocupación para los receptores. Sin embargo, los datos de las tasas de rechazo de trasplante se han correlacionado con patrones específicos de sexo del donante y del receptor en varios tipos de órganos trasplantados, incluidos riñones y corazones.
En el trasplante de riñón, el sexo de donante femenino se ha asociado con una mayor tasa de rechazo, especialmente entre los receptores masculinos. En el trasplante cardíaco, los órganos de donantes femeninos también han tenido menores tasas de éxito en comparación con los órganos de donantes masculinos; sin embargo, a diferencia del trasplante de riñón, estas diferencias solo están presentes de manera consistente en los receptores masculinos y ausentes en las mujeres receptoras.
Los autores del estudio también señalan la importancia de la edad: entre las mujeres de 45 años o más, observaron un efecto positivo, especialmente cuando recibieron un trasplante de una mujer donante.
“En el trasplante de órganos – explica Stefan G. Tullius, líder del estudio, en un comunicado – , la importancia y las implicaciones del sexo tanto del donante como del receptor han sido infravaloradas durante mucho tiempo. Las diferencias pueden ser sutiles, pero creo que son muy relevantes, particularmente a medida que avanzamos hacia la individualización de la inmunosupresión y vías más específicas en nuestros tratamientos. Creo que entender la relevancia de las diferencias sexuales jugará un papel importante en esto”.
Tullius y sus colegas describen dos categorías importantes en lo que respecta a diferencias sexuales que pueden influir en la respuesta inmune y ayudar a explicar las distintas tasas de rechazo: genética y hormonas. Aproximadamente 50 genes en el cromosoma Xtienen funciones inmunológicas y pueden expresarse de forma más variable en mujeres.
El cromosoma Y, por otro lado, alberga loci genéticos para antígenos específicos de los machos. Finalmente, diferentes ambientes hormonales en hombres y mujeres, pueden determinar múltiples tipos de células inmunes que expresan receptores hormonales.
El equipo también señala que ciertas terapias que se dirigen a los receptores de hormonas, como los moduladores selectivos del receptor de estrógeno, podrían usarse en el futuro para atacar estas diferencias mediadas por hormonas entre las respuestas inmunes masculinas y femeninas. Se necesitarán más análisis en modelos experimentales y clínicos para determinar si este tipo de enfoque terapéutico puede ser útil para el trasplante de órganos.
Juan Scaliter
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