Los electrodomésticos son cada vez más complejos en sus capacidades: aspiradoras autónomas, robots de cocina programables, neveras conectadas a internet que envían la lista de la compra… Pero todavía no existe uno que, al apretar un botón, convierta ingredientes en polvo, en alimentos que cumplen con los requisitos nutricionales individuales de cada miembro de la familia. Todavía…Aunque parezca algo de ciencia ficción, una nueva investigación, liderada por Jin-Kyu Rhee, señala cómo usar impresoras 3D para crear alimentos personalizados. Los hallazgos del equipo de Rhee se presentarán en la reunión anual de la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular.
«Creamos una plataforma que utiliza la impresión 3D para crear microestructuras de alimentos que permiten que su textura y la absorción del cuerpo, se personalicen a nivel personal – explica Rhee –. Creemos que algún día la gente podría tener cartuchos que contengan versiones en polvo de varios ingredientes que se combinarían usando impresión tridimensional y se cocinarían de acuerdo con las necesidades o preferencias del usuario”.
La impresión tridimensional de alimentos funciona de forma muy parecida a la impresión 3D de otros materiales: las capas de materia prima se depositan para formar un producto final. Además de ofrecer opciones personalizadas de alimentos, la capacidad de imprimir alimentos tridimensionales en el hogar o en una escala industrial, podría reducir en gran medida el desperdicio de alimentos y el coste de almacenamiento y transporte. También podría ayudar a satisfacer las crecientes necesidades de alimentos de una población mundial en aumento.
Para el nuevo estudio, el equipo de Rhee utilizó un prototipo de impresora 3D para crear alimentos con microestructuras que replicaban las propiedades físicas y la textura a nanoescala que observaban en las muestras de alimentos reales. También demostraron que su plataforma y sus métodos optimizados pueden convertir los carbohidratos y las proteínas en alimentos con microestructuras que pueden ajustarse para controlar la textura de los alimentos y la forma en que el cuerpo absorbe los alimentos.
«Estamos en las primeras etapas, pero creemos que nuestra investigación moverá la impresión de alimentos 3D al siguiente nivel – concluye Rhee –. El próximo paso es crear materiales y productos alimenticios personalizados que exhiban tiempos de almacenamiento más largos y una funcionalidad mejorada en términos de absorción corporal”.
Juan Scaliter
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