Decenas de startups buscan convertirse en el Elon Musk del monopatín, liderar la navegación sobre la tabla eléctrica. Quienes se han lanzado a conquistar este mercado no han encontrado detractores, al revés, suman adeptos: han visto cómo sus cuentas multiplicaban sus ingresos entre un 200 % y un 800 % en cuestión de semanas gracias a cuantiosas aportaciones en plataformas de micromecenazgo como Kickstarter o Indiegogo. Una forma de aprovecharse de un nicho de mercado al que han tenido que adaptarse sin remedio otras compañías tradicionales. La estrategia actual pasa por pisar donde otros no lo han hecho antes y eso supone marcar una línea roja con otro producto parecido, a caballo entre un segway y un monopatín, los hoverboards, en el mercado desde 2015. A pesar de que sus ruedas son más grandes, es casi imposible mantener el equilibrio sobre ellos y han ganado una fama de la que se quieren desvincular. Las nuevas compañías persiguen la diferencia: competir con productos mejorados que conquisten al consumidor.
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