Un equipo de científicos internacionales, liderado por Lidija Šiller, ha creado una nueva forma de aislamiento altamente eficiente y de bajo coste, basado en las alas de las libélulas.
El aislamiento es un aerogel, el material más poroso conocido hasta la fecha. También es sumamente ligero ya que una pieza del tamaño de un coche familiar pesa menos de un kilogramo.
El proceso para crear un aerogel se inicia con un gel de sílice húmedo, de estructura similar a la gelatina. El material se seca cuidadosamente para crear una estructura fuerte y poroso. Pero hasta ahora, eliminar las moléculas de agua sin colapsar la fina estructura de sílice, había sido un proceso largo, difícil y costoso y, como consecuencia, el uso de aerogeles se ha limitado a algunas tareas altamente especializadas, como la recolección de polvo de estrellas en el espacio .
Ahora, el equipo dirigido por Šiller ha descubierto un modo más económico de eliminar el agua imitando el modo en que las libélulas secan sus alas. “Estos insectos – explican los autores en un comunicado – existen desde mucho antes que los dinosaurios evolucionaran. Son uno de los grupos de insectos más antiguos en volar e incluyen el insecto más grande que jamás haya existido, el Griffenfly, que tenía una envergadura de más de 70 cm. Las alas de una libélula son un aerogel ultraligero, que representa menos del 2% del peso corporal total del insecto, y sin embargo son tan fuertes que pueden transportar el insecto a miles de kilómetros a través de los océanos y entre continentes”.
En lugar de secar el gel a alta temperatura y presión, los expertos utilizaron bicarbonato de sodio (también utilizado en repostería) para «soplar» las moléculas de agua, atrapando el gas de dióxido de carbono en los poros.
El avance, descrito en Advanced Materials, es un primer paso hacia la creación de estructuras de mayor tamaño que puedan usarse para aislar hogares y edificios.
“El potencial de este descubrimiento en términos de reducir el uso de energía y, por lo tanto, nuestras facturas de energía es realmente emocionante – concluye Šiller –. Los aerogeles son un material asombroso, seguro, liviano y diez veces más aislante que lo que usados actualmente, pero hasta ahora han estado fuera del alcance de la mayoría de nosotros porque son muy caros de fabricar. Nuestra investigación es un paso adelante haciéndolos ampliamente disponibles”.
Juan Scaliter
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