Investigadores del Centro Nacional de Nanociencia y Tecnolgía, en China han fabricado un nuevo material híbrido conductor, parte polímero elástico y parte metal líquido, que se puede doblar y estirar a voluntad. Los circuitos hechos con este material pueden producir la mayoría de las formas bidimensionales y no son tóxicos. El estudio ha sido publicado en iScience.
«Estos son los primeros componentes electrónicos flexibles que son, al mismo tiempo, altamente conductivos y elásticos, totalmente biocompatibles y capaces de fabricarse en diferentes escalas con precisión de micro características», dice el autor principal Xingyu Jiang, en un comunicado – .Creemos que tendrán amplias aplicaciones tanto para dispositivos electrónicos portátiles como para dispositivos implantables».
El material, bautizado conductor de polímero de metal (MPC), es una combinación de dos componentes con propiedades muy diferentes pero igualmente deseables. En este caso, los metales no son sólidos conductores conocidos, como cobre, plata u oro, sino galio e indio, que existen en forma de líquidos que permiten el flujo de electricidad. El equipo de Jiang descubrió que la inclusión de burbujas de esta mezcla líquida de metal, dentro de una red de soporte de polímero a base de silicona, produjo materiales mecánicamente elásticos con suficiente conductividad para soportar los circuitos de funcionamiento.
«Las aplicaciones del MPC dependen de los polímeros – añade el coautor Lixue Tang –. Utilizamos polímeros biocompatibles y biodegradables cuando queremos MPC para dispositivos implantables. En el futuro, incluso podríamos construir robots blandos mediante la combinación de polímeros electroactivos».
En principio, los autores afirman que su método para fabricar MPC puede adaptarse a cualquier geometría bidimensional, así como a diferentes grosores y propiedades eléctricas, dependiendo de las concentraciones de las tintas metálicas líquidas. Esta versatilidad podría conducir directamente a aplicaciones biomédicas deseables, como parches flexibles para identificar y mitigar la enfermedad cardíaca.
«Queríamos desarrollar materiales biocompatibles que pudieran usarse para fabricar dispositivos portátiles o implantables para diagnosticar y tratar enfermedades sin comprometer la calidad de vida, y creemos que este es un primer paso para cambiar la forma en que se manejan las enfermedades cardiovasculares y otras afecciones», concluyeJiang.
Juan Scaliter
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