Un equipo de químicos de la Universidad de San Diego, California, liderados por Jerry Yang, ha diseñado un conjunto de moléculas que promueven cambios microscópicos y anatómicas en las neuronas asociadas con la formación y la retención de recuerdos. El estudio examinó el efecto de este nuevo fármaco en la densidad de las espinas dendríticas, los sitios donde se produce la sinapsis (donde se conectan las neuronas unas con otras). El tratamiento se convierte en un importante candidato para evitar el deterioro de las estructuras neuronales cuando aparece el fragmento de proteína beta-amiloide, que se acumula en el cerebro de personas con enfermedad de Alzheimer.
«Los problemas con el aprendizaje y la memoria en muchos trastornos neurodegenerativos y del desarrollo neurológico, como la enfermedad de Alzheimer y ciertas formas de autismo o retraso mental – explica Yang –, incluyen ya sea la pérdida o mala regulación de las espinas dendríticas. Los compuestos que hemos desarrollado pueden ofrecer la posibilidad de compensar, o, idealmente, preservar, la comunicación neuronal en personas que sufren de problemas de memoria”.
Cuando los investigadores trataron las neuronas presentes en una parte del cerebro crítica para la formación y recuperación de recuerdos con el nuevo compuesto, se registró un aumento en la densidad de las espinas dendríticas. También evitaron la pérdida de las espinas dendríticas que se produce en presencia de beta-amiloide, la sustancia que forma las placas amiloides en el cerebro de personas con enfermedad de Alzheimer. Gracias a este tratamiento la densidad de las espinas aumentó entre un 20 y un 25%.
De acuerdo con los resultados, publicados en Journal of Biological Chemistry, cuanto mayor sea la concentración del fármaco, mayor es la densidad de las espinas. El efecto también es reversible: una vez que el compuesto desaparece, también lo hacen las espinas dendríticas.

Juan Scaliter