Ya se sabía que los huesos de algunos animales contenían unas marcas de crecimiento conocidas por las siglas BGMs, que podían servir para conocer algunos aspectos de su desarrollo. Para entender mejor la función de dichas marcas, basta con decir que son similares a esos círculos concéntricos que pueden verse en el interior de los troncos de los árboles, y que nos permiten conocer su edad.
Pero, ahora, un estudo realizado por investigadoras del grupo de Paleobiología Evolutiva del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, ha revelado que en los huesos de esos animales existen también otras marcas que dejan constancia de eventos muy estresantes, como el de su nacimiento.
Las autoras del estudio analizaron tibias, fémures y otros huesos de cebras y asnos salvajes, y descubrieron la existencia de una línea neonatal que podría servir para conocer el momento exacto del nacimiento de dicho animal. Las investigadoras creen que el hallazgo es extrapolable a otras especies de vertebrados, y que puede ser de gran utilidad para el estudio de fósiles de especies extintas.
Fuente. SINC.
Vicente Fernández López
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