Los biólogos especializados en conservación reconocen una realidad aleccionadora.
«Estamos perdiendo especies a la izquierda, a la derecha y al centro – señala Will Pearse – . Lo llamamos el ‘Problema de la Arca de Noé’, y tenemos que elegir especies para salvar. No podemos salvarlas a todas”.
El personaje bíblico fue capaz de construir un barco para albergar parejas de todas las criaturas del planeta, pero en la actualidad, Noé estaría luchando entre achicar agua de su nave y decidiendo qué especies serían más beneficiosos para el futuro.
Pearse, junto a un equipo internacional de Canadá, Argentina y Francia, exploró la diversidad filogenética como una medida selectiva de la conservación de especies. Los resultados se han publicado en Nature Communications.
“Nuestro estudio – añade Pearse – señala un componente fundamental de la biología de la conservación a la que nos referimos como el gambito filogenético,es decir, los biólogos conservacionistas a menudo usan la historia evolutiva de las especies, su filogenia, para identificar grupos de especies que salvar”.
Esta idea se basa en el supuesto de que la preservación de la diversidad filogenética entre las especies conserva una mayor diversidad funcional que la selección de especies, a la hora de preservar. La diversidad funcional es importante porque impulsa la salud y la productividad de los ecosistemas.
«Sin embargo, medir la efectividad de la diversidad funcional es difícil – afirma Pearse –, así que el uso de la diversidad filogenética como un sustituto de la diversidad funcional ha hecho que la biología de la conservación sea mucho más fácil y más efectiva».
En conjuntos de datos globales de mamíferos, aves y peces tropicales, los autores demuestran que, en su mayor parte, la variedad filogenética se mantiene. La preservación de la diversidad filogenética conserva un 18% más de diversidad funcional de lo que se esperaría si las especies para salvar fueran seleccionadas al azar.
Pero hay que tener cuidado “También descubrimos – concluye Pearse – que en algunas partes del mundo, y en algunos grupos de especies, preservar la diversidad filogenética fue peor o igual que elegir al azar qué especies salvar.Afortunadamente, identificamos las áreas y las razones por las que esto estaba sucediendo, lo que hace que esta técnica de selección sea válida y valiosa para los biólogos de la conservación”.
Juan Scaliter
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