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Una luna extraterrestre en una probeta

Se han conseguido recrear las condiciones de Titán, la luna de Saturno, en una probeta, descubriendo importantes propiedades de moléculas orgánicas que existen en este satélite y la posibilidad de que se desarrolle allí la vida 

La búsqueda de vida extraterrestre empieza en la Tierra. Antes de mandar sondas los científicos recrean las condiciones de otros planetas para analizar los componentes esenciales de la vida en su superficie.

Las lunas de Saturno están entre los mejores candidatos de nuestro sistema solar para encontrar vida extraterrestre. No tenemos mucha información directa sobre los satélites de Saturno, y la mayoría proviene de la sonda Cassini, ya inactiva. No volveremos a visitar directamente a Titán ha hasta dentro de seis años, con la misión Dragonfly. Pero el estudio de esta luna continúa, y la Sociedad Americana de Química ha conseguido replicar las condiciones de Titán en su laboratorio. Sus resultados se han presentado la Conferencia de la American Chemical Society de este año.

Una luna dentro de un tubo de cristal

Titán tiene una atmósfera muy densa, compuesta por nitrógeno y un poco de metano, con una temperatura de -180º centígrados. Junto a la Tierra, es el único lugar de nuestro Sistema Solar que tiene lagos en su superficie, pero no están formados por agua. Los lagos de Titán son la mezcla de muchos compuestos, entre ellos moléculas orgánicas como las que originaron la vida en la Tierra.

El campo magnético de Saturno, el calor del Sol y la energía que llega del espacio reaccionan con la atmósfera de Titán, haciendo que lluevan moléculas orgánicas en estado sólido, parecido al granizo.

Las moléculas orgánicas simuladas son el  propionitrilo (PCN) y acetonitrilo (ACN). Gracias a este experimento, se ha descubierto que el PCN y ACN cristalizan de una manera específica en la superficie de Titán. Los cristales de estas moléculas toman formas que, unidas a otras moléculas, podrían generar las condiciones para que surja la vida.

Tomče Runčevski, investigador principal, describe así el procedimiento para recrear a Titán en una probeta: “Normalmente empezamos introduciendo agua que se congela inmediatamente. Lo cubrimos de etano, que se convierte en líquido, para imitar los lagos de hidrocarburos que la sonda Cassini-Huygens encontró. Después añadimos nitrógeno y las moléculas ACN y PCN de forma simultánea, simulando lluvia”. A partir de ahí los científicos cambiaban la temperatura del experimento para imitar las variaciones que se producen en la superficie de Titán.

Este experimento no solo nos sirve para intentar averiguar si existe vida en otros planetas, también se han recogido datos para conocer cómo es la superficie de esta luna y reconocer pistas sobre origen de la vida en el planeta Tierra. Meter una luna en una probeta no es fácil, pero los resultados merecen la pena.

 

Jesus Guadaño

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