Con temperaturas infernales y velocidades de vértigo, la misión de la NASA busca resolver misterios solares y protegernos de futuros problemas tecnológicos

Desde hace siglos, los científicos han observado el Sol, pero hasta ahora nunca se había logrado penetrar su atmósfera. El Sol tiene una estructura compleja: su superficie, llamada fotosfera, alcanza temperaturas de unos 6.000°C, pero su corona, la capa exterior, se calienta hasta millones de grados, un fenómeno aún sin explicación. La misión Parker Solar Probe se diseñó para acercarse al Sol lo más posible, recolectando datos cruciales sobre la corona y el viento solar, un flujo constante de partículas que puede afectar la Tierra.

El pasado 24 de diciembre, la sonda Parker Solar Probe de la NASA hizo historia al convertirse en el objeto fabricado por humanos que más cerca ha estado del Sol. En su paso más reciente, la sonda logró aproximarse a tan solo 6,1 millones de kilómetros de la superficie solar, un acercamiento récord que desafió temperaturas de hasta 1.400°C y una radiación extrema. Este logro no solo representa un hito tecnológico, sino que promete revolucionar nuestra comprensión de cómo funciona nuestra estrella.

El equipo de científicos de la NASA celebró el éxito de la maniobra tras recibir la señal de la sonda en la madrugada del 28 de diciembre, luego de días de tensa espera. Equipado con un escudo compuesto de carbono de 11,5 cm de grosor, Parker Solar Probe está diseñado para soportar las condiciones más brutales, pero su estrategia principal es la velocidad: durante su aproximación, alcanzó una velocidad de 692.000 km/h, suficiente para viajar de Londres a Nueva York en menos de 30 segundos.

La distancia récord a la que se encuentra la sonda, 3,8 millones de millas, puede parecer lejana, pero a escala cósmica está increíblemente cerca. Si la distancia entre el Sol y la Tierra fuera igual a la de un campo de fútbol, la sonda Parker estaría a sólo cuatro metros de la zona de anotación, lo suficientemente cerca como para pasar por la tenue atmósfera exterior del Sol, conocida como corona. NASA/APL

La distancia récord a la que se encuentra la sonda, 3,8 millones de millas, puede parecer lejana, pero a escala cósmica está increíblemente cerca. Si la distancia entre el Sol y la Tierra fuera igual a la de un campo de fútbol, la sonda Parker estaría a sólo cuatro metros de la zona de anotación, lo suficientemente cerca como para pasar por la tenue atmósfera exterior del Sol, conocida como corona. NASA/APL

La sonda, lanzada en 2018, tenía como objetivo explorar el Sol desde dentro de su atmósfera exterior, la corona. Según la Dra. Nicola Fox, directora de ciencias de la NASA, este acercamiento es vital: «No podemos experimentar realmente la atmósfera de nuestra estrella hasta que volamos a través de ella». Este contacto directo permitirá a los científicos estudiar cómo se calienta la corona a temperaturas tan altas, mucho más que la superficie del Sol, y cómo se acelera el viento solar.

Esta imagen conceptual muestra a Parker Solar Probe a punto de entrar en la corona solar.NASA/Johns Hopkins APL/Ben Smith

Esta imagen conceptual muestra a Parker Solar Probe a punto de entrar en la corona solar.
NASA/Johns Hopkins APL/Ben Smith

La Dra. Jenifer Millard, astrónoma de Fifth Star Labs, explicó que resolver el misterio de la corona solar es una de las metas principales de la misión. «Es desconcertante que la corona sea millones de grados más caliente que la superficie del Sol. Queremos entender qué procesos hacen que esto ocurra». Además, comprender mejor el viento solar podría ayudarnos a prever fenómenos de «clima espacial», que pueden interrumpir sistemas eléctricos, comunicaciones y satélites.

A pesar de los riesgos, la Dra. Fox expresó su confianza en la robustez de la sonda. «La diseñamos para soportar estas condiciones brutales. Es una nave realmente resistente», afirmó.

La información recopilada en esta misión ayudará a entender los orígenes del viento solar y la dinámica de la corona, así como a mitigar los efectos del clima espacial en la Tierra. Desde auroras espectaculares hasta interrupciones tecnológicas, el Sol tiene un impacto directo en nuestras vidas, y Parker Solar Probe es clave para desentrañar sus secretos.

Así, mientras la pequeña nave desafía temperaturas y velocidades inimaginables, abre una nueva ventana al estudio del Sol, demostrando que incluso lo inalcanzable puede estar al alcance de la ciencia.