La señal de radio detectada, procedente del sistema Proxima Centauri, donde se encuentra el planeta extrasolar más cercano a la Tierra, Proxima b ¿es al fin el saludo alienígena que los humanos anhelamos? Muy probablemente, no.
En un artículo publicado en Scientific American describían que durante los meses de abril y mayo de 2019, el telescopio Parkes en Australia estuvo escuchando a Proxima Centauri, una enana roja. Durante esas escuchas, Shane Smith, estudiante de Breakthrough Listen, un programa financiado con dinero privado por Yuri Milner para buscar y encontrar las denominadas tecnofirmas, o señales que indican la existencia de una civilización como la nuestra, se encargó de verificar los datos. Encontró una emisión de banda estrecha extremadamente curiosa, afilada como una aguja a 982,002 megahercios. ¿Es un saludo directo de los alienígenas? ¿Por fin han roto su silencio?
El equipo inspeccionó los datos, confirmó su veracidad y los nombró BLC1, siglas de «Breakthrough Listen Candidate 1». El nombre identifica claramente qué es. Es un candidato, no una señal confirmada. El investigador del Instituto SETI, Franck Marchis, explica en un comunicado en su página web qué significa realmente esto. “Debido a su perfil, es muy poco probable que la señal haya sido producida por una fuente cósmica natural pero desconocida. Una explicación simple es que Parkes captó una señal que se originó en la Tierra. Usamos la radio para comunicarnos y BLC1 ser una interferencia terrestre. Esa es la explicación más probable”.
Del mismo modo que cuando se anunció la presencia de la famosa fosfina, que podría ser una huella de vida en Venus, y todo quedó en un bluf con mucho más de ilusión que de ciencia, esta señal es muy probablemente una nueva esperanza frustrada.
Un astrofísico español descubrió el exoplaneta Proxima b, el más cercano a la Tierra
Los astrónomos tienen la mirada atenta a Proxima Centauri. Es el sistema planetario más cercano a la Tierra que conocemos. En este sistema, un astrofísico español, Guillem Anglada-Escudé, descubrió un exoplaneta, llamado Proxima b. Proxima b es un 20% más grande que la Tierra y orbita su estrella cada once días.
Proxima b está ubicado en la zona habitable de su estrella, donde podría existir agua líquida en la superficie. Aún no se ha obtenido una fotografía de este exoplaneta. Sabemos de su existencia solo a través del movimiento de su estrella, por lo que todo lo que tenemos es una estimación de su masa y su órbita, nada más.
En 2019, los astrónomos descubrieron otro planeta y lo llamaron Proxima c. Este planeta es siete veces más masivo que la Tierra y podría ser una super-Tierra o un mini-Neptuno. Este mundo está demasiado lejos de su estrella para ser habitable.
«¿Por qué los observadores no alertaron a la comunidad científica inmediatamente después de su descubrimiento para que otras personas pudieran confirmar la señal?»
Como explica Franck Marchis, del SETI, “la idea de una civilización tecnológicamente avanzada que viva justo alrededor en el vecindario estelar más cercano a la Tierra es bastante extraordinaria. Pero actualmente, nos quedan más preguntas que respuestas: ¿Por qué la señal se detectó solo una vez durante 30 horas en abril y mayo? ¿Cuáles son las características de la señal, es decir, su perfil, fuerza y modulación? ¿Varió en frecuencia durante 30 horas debido a su movimiento con respecto a nosotros? ¿Por qué los observadores no alertaron a la comunidad científica inmediatamente después de su descubrimiento para que otras personas pudieran confirmar la señal?”.
De los 300 millones de exoplanetas que podrían ser habitables en nuestra galaxia, que tiene 200.000 años luz de diámetro, sería una coincidencia asombrosa que dos civilizaciones (la nuestra y una en Proxima b o c) estuvieran usando la misma tecnología al mismo tiempo. “Aunque me encanta la idea, parece muy improbable, razón por la cual sospecho que encontraremos rápidamente una explicación más realista para el origen de la señal BLC1”, añade el astrobiólogo del SETI.
A día de hoy, la señal detectada no es nada más que lo que los astrofísicos consideran un candidato. Es demasiado pronto para especular sobre las consecuencias de encontrar una firma tecnológica en Proxima Centauri, aunque es atractivo, desde luego.
Tras el anuncio de las «trazas» de vida en Venus que quedó en nada, y con la aparición de esta señal de radio inexplicable por el momento, el asunto recuerda al cuento del lobo. Tanto anunciar a bombo y platillo que al fin la vida extraterrestre asoma, que, cuando asome de verdad, no se lo va a creer nadie.
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