366 imágenes del Sol tomadas por el satélite Proba-2 de la ESA cada día de 2020 forman este calendario propio del siglo XXI.
Entre la inmensa cantidad de imágenes tomadas, la ESA ha seleccionado una foto representativa de cada día, incluyendo la del día bisiesto, el 29 de febrero de 2020.
Las imágenes fueron tomadas por la cámara SWAP del satélite Proba-2, que observa y registra permanentemente la actividad del Sol. La cámara toma imágenes en longitudes de onda ultravioleta extremas, por eso puede capturar la turbulenta y caliente atmósfera del Sol (la corona) a temperaturas de alrededor de un millón de grados centígrados.
Esta animación recoge todas las imágenes del año. Es una muestra de lo que es posible hoy con la avanzada tecnología desarrollada por las agencias espaciales.
En dos imágenes, el 21 de junio y el 14 de diciembre, se puede ver un eclipse parcial de sol desde el punto de vista de Proba-2.
El año 2020 ha marcado el comienzo de un nuevo ciclo de actividad solar – el ciclo 25 – que durará unos 11 años de promedio. A principios de año el Sol todavía mostraba bajos niveles de actividad, pero a finales de año ya ha mostrado signos de despertar.
Una de estas poderosas eyecciones fue capturada por el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) de la ESA/NASA el 29 de noviembre.
En las imágenes de noviembre y diciembre, son visibles múltiples regiones activas. Estas regiones representan áreas de intensa actividad magnética que pueden producir algunos de los más dramáticos eventos de clima espacial, como erupciones solares y eyecciones de masa coronal. Una de estas poderosas eyecciones fue capturada por el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) de la ESA/NASA el 29 de noviembre.
El año 2020 fue un año importante para las naves espaciales, y para la investigación solar, con el lanzamiento de la misión del Orbitador Solar de la ESA el 10 de febrero. Una de las preguntas clave para la misión del Orbitador Solar de la ESA es entender a qué se debe el ciclo solar de 11 años.
Con su conjunto de 10 instrumentos de última generación, el Solar Orbiter realizará observaciones cercanas sin precedentes del Sol y desde altas latitudes, proporcionando las primeras imágenes de las regiones polares inexploradas del Sol, e investigando la conexión Sol-Tierra. La misión podrá explicar cómo funciona nuestra estrella madre y cómo podemos predecir mejor los períodos de clima espacial tormentoso.
Proba-2 ya ha apoyado al Solar Orbiter. La tecnológica desarrollada para el SWAP del satélite es la que utiliza el Generador de Imágenes Ultravioleta Extremo que lleva la sonda, de ahí la precisión de las fotos del Sol que puede tomar. Proba-2 continuará observando el Sol y apoyando las campañas científicas en el Orbitador Solar y otras misiones en los próximos años.
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