En 2009, dos satélites chocaron a una velocidad de 35.800 kilómetros por hora sobre Siberia: el satélite inactivo ruso Cosmos 2251 y el satélite activo norteamericano Iridium 33.
Fue la primera colisión de satélites detectada. Ocasionó una avalancha de escombro que aumento enormemente el riesgo de impacto sobre la Estación Espacial Internacional. Hoy, el número de satélites en órbita se ha multiplicado.
Hace más de una década, China hizo alarde de su tecnología de misiles antisatélite destruyendo su satélite meteorológico Fengyun-1C. India logró un hito similar en 2019 con lo que generó otros cuatrocientos fragmentos de charra espacial más o menos. Se calculó entonces que el riesgo de impacto contra la ISS había crecido un 44% en diez días. Afortunadamente, la estación está diseñada para esquivarlos, siempre que los detecten con suficiente antelación.
En 2017, el gobierno de los EE UU registró 308.984 situaciones de riesgo relacionadas con la basura espacial y emitió 655 comunicados «de emergencia» a los operadores de satélites
El proyecto SpaceX, el enjambre de satélites que Ellon Musk está colocando en órbita de la Tierra, primero tuvo que obtener autorización para desplegar 4.425 satélites. Poco a poco consiguió nuevos permisos para añadir satélites a la lista, que le han ido concediendo, y el objetivo final será colocar 42.000 satélites en órbita para ofrecer Internet de banda ancha a todo el planeta.
Los minisatélites de Musk triplican el número de objetos en el espacio que tenía bajo control la Red de Vigilancia Espacial de los Estados. Esta entidad registra 13.000 objetos en órbita de la Tierra, desde la Estación Espacial Internacional hasta los telescopios orbitales como el Hubble, e incluso chatarra espacial formada por objetos que se les han caído a los astronautas durante sus reparaciones en el espacio, tuercas y tornillos.
La Agencia Espacial Europea (ESA) estima que alrededor de 128 millones de objetos con un tamaño entre un milímetro y un centímetro orbitan la Tierra. Los que miden diez centímetros o más de ancho, que son los más preocupantes, superan los 30.000. La propia ESA ha tenido que esquivar en más de una ocasión los restos de cohetes en sus misiones.
En el lanzamiento de la segunda tanda de satélites de Elon Musk, desde la cuenta de twitter de la ESA contaron como uno de ellos estuvo a punto de colisionar con un satélite meteorológico, y tuvo que realizar una maniobra para esquivarlo.
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…
El bisfenol A (BPA) es un disruptor endocrino que está desapareciendo poco a poco de…