Han conseguido extraer ADN del virus de la hepatitis B de restos humanos prehistóricos. Han encontrado que lleva al menos 12.000 años infectándonos y cómo se ha propagado por Eurasia a lo largo de miles de años
“Esta investigación pone de relieve una realidad muchas veces ignorada pero evidente, que los virus han estado vinculados al ser humano desde tiempos prehistóricos”, explica Domingo C. Salazar, licenciado en Medicina e Historia, investigador de excelencia de la Comunidad Valenciana, y participante del estudio.
El virus de la hepatitis B, un problema de salud mundial de primera magnitud en el siglo XXI, lleva al menos 12.000 años entre nosotros, según describe el fascinante artículo publicado en Science.
Hace 12.000 años se inició el Neolítico. Nadie puede explicar qué hizo que en aquel momento la humanidad abandonara la vida nómada y empezara a producir sus propios alimentos. El estudio publicado en la revista Science sitúa entonces el ancestro común de todos los linajes del virus de la hepatitis B, y rastrea su evolución desde la prehistoria hasta la actualidad, revelando rutas de diseminación y cambios en la diversidad viral.
Domingo Carlos Salazar García, investigador del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia, ha participado en este estudio liderado por el Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana (Alemania). La investigación descubre la evolución del virus de la hepatitis B desde el Holoceno temprano mediante el análisis del mayor conjunto de datos de genomas virales antiguos producidos hasta la fecha.
Las nuevas tecnologías permiten extraer y analizar ADN de un virus contenido en muestras de personas que vivieron hace más de 10.000 años. Así han conseguido el mayor conjunto de datos de genomas virales antiguos producido hasta la fecha.
En la investigación, han trabajado con datos genómicos del VHB de 137 euroasiáticos y nativos americanos fechados entre ~ 10.500 y ~ 400 años atrás. Tras el análisis, encontraron el “ancestro común” más reciente de todos los linajes del VHB analizados, y han establecido que ese virus original infectó a los humanos entre ~ 20.000 y 12.000 años atrás, y estaba presente en los cazadores-recolectores europeos y sudamericanos durante el Holoceno temprano.
Después de la transición neolítica europea, las cepas mesolíticas de HBV fueron reemplazadas por un linaje probablemente diseminado por los primeros agricultores que prevaleció en todo el oeste de Eurasia durante ~ 4000 años, disminuyendo alrededor del final del segundo milenio antes de Cristo. El único remanente de esta diversidad prehistórica del VHB es el raro genotipo G, que parece haber resurgido durante la pandemia del VIH.
“Esta investigación pone de relieve una realidad muchas veces ignorada pero evidente, que los virus han estado vinculados al ser humano desde tiempos prehistóricos”, explica Salazar, licenciado en Medicina e Historia, investigador de excelencia de la Comunidad Valenciana en la Universidad de Valencia.
Estudios recientes de ADN antiguo han demostrado que el VHB ha estado infectando a los seres humanos durante milenios, pero su diversidad y rutas de dispersión pasadas siguen siendo en gran parte desconocidas.
El estudio también muestra que el virus estaba presente en gran parte de Europa ya hace 10.000 años, antes de la expansión de la agricultura al continente. «Se cree que muchos patógenos humanos surgieron después de la introducción de la agricultura, pero el VHB claramente ya estaba afectando a las poblaciones prehistóricas de cazadores-recolectores», dice Johannes Krause, director del Departamento de Arqueogenética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y codirector.
Después de la transición neolítica en Europa, las cepas de VHB transportadas por cazadores-recolectores fueron reemplazadas por nuevas cepas que probablemente fueron propagadas por los primeros agricultores del continente, lo que refleja la gran afluencia genética asociada con la expansión de los grupos agrícolas en la región.
Estos nuevos linajes virales continuaron prevaleciendo en todo el oeste de Eurasia durante unos 4.000 años. El dominio de estas cepas se prolongó durante la expansión de los pastores esteparios occidentales hace unos 5.000 años, lo que alteró drásticamente el perfil genético de los europeos, pero notablemente no se asoció con la propagación de nuevas variantes del VHB.
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es una disminución repentina de la diversidad del VHB en el oeste de Eurasia durante la segunda mitad del segundo milenio a. C., una época de grandes cambios culturales, incluido el colapso de las grandes sociedades estatales de la Edad del Bronce en la región del Mediterráneo oriental.
“Esto podría indicar cambios importantes en la dinámica epidemiológica en una región muy grande durante este período, pero necesitaremos más investigación para comprender lo que sucedió”, dice Arthur Kocher, autor principal e investigador del grupo.
Una variante prehistórica se ha convertido en un genotipo raro que parece haber surgido recientemente durante la pandemia del VIH, por razones que aún no se conocen
Todas las cepas antiguas del VHB recuperadas en el oeste de Eurasia después de este período pertenecían a nuevos linajes virales que aún prevalecen en la región en la actualidad. Sin embargo, parece que una variante relacionada con la diversidad prehistórica anterior de la región ha persistido hasta el presente. Esta variante prehistórica se ha convertido en un genotipo raro que parece haber surgido recientemente durante la pandemia del VIH, por razones que aún no se conocen.
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