Un homenaje a los animales astronautas que viajaron al espacio, desde las moscas de la fruta, hasta Laika y los tardígrados
Los animales han sido grandes protagonistas en la exploración espacial desde que se lanzaron las primeras moscas de la fruta a la atmósfera superior de la Tierra en 1947. Estos insectos fueron los primeros astronautas del programa de vuelos espaciales de EE UU y partieron desde la base norteamericana White Sands Missile Range, Nuevo México, volando en un cohete nazi, el V2, a una altura de 100 kilómetros.
Desde entonces, las agencias internacionales han utilizado una gran variedad de animales, desde perros, gatos y primates hasta reptiles de sangre fría, para probar la capacidad de supervivencia de los vuelos espaciales, así como los efectos que la microgravedad podría tener en los procesos biológicos humanos.
Poco después de lanzar las moscas de la fruta, la NASA envió varios chimpancés llamados Alberto I, II, III, IV, que por desgracia murieron en sus misiones. Por su parte, la Unión Soviética lanzó algunos perros en vuelos suborbitales durante la década de los 50. En el año 1951 y a bordo del R-1 IIIA, un misil basado en el V2, lanzaron a una altitud de 101 kilómetros a Dezik y Tsygan, dos perros que llegaron a ser los primeros animales que sobrevivieron a un vuelo espacial.
Unos meses más tarde, los científicos de Estados Unidos confirmaron que el primate que habían enviado al espacio regresó vivo a la Tierra, aunque esta vez no superó los 100 kilómetros de altura, se quedó en 72. Era el mono Yorick o también llamado Alberto VI, que falleció al sobrecalentarse su cápsula. Estuvo acompañado de 11 ratones, nueve de ellos sobrevivieron.
Australia fijó los 100 kilómetros de altitud como referencia para considerar que una misión había alcanzado el espacio
El 3 de noviembre de 1957, el programa soviético envió al espacio en el Sputnik 2 a la perrita callejera Laika, al poco tiempo de lanzar el primer satélite artificial, Sputnik 1. Laika se convirtió así en el primer ser vivo en orbitar la Tierra, aunque también fue el primer animal que murió en órbita. Los científicos querían saber si un animal era capaz de sobrevivir al lanzamiento y recorrido orbital, y esta misión no estaba diseñada para que la perrita regresara viva. Cuatro años más tarde, Yuri Gagarin fue el primer humano en hacer lo mismo a bordo de la Vostok 1 soviética en 1961.
También en 1961, el chimpancé Ham viajó al espacio exterior después de haber sido entrenado para la misión norteamericana Mercury-Redstone 2. Gracias a Ham, se demostró que podían llevarse a cabo operaciones durante un vuelo espacial porque el chimpancé evitaba descargas eléctricas y movía palancas a cambio de plátanos. A su vuelta recibió una medalla de héroe.
Hasta ahora, y según los documentos oficiales de los programas de Estados Unidos, Unión Soviética, Francia, China e Irán, han volado por encima de los 100 kilómetros de altura 32 primates. En 2002, Australia fijó los 100 kilómetros de altitud como referencia para considerar que una misión había alcanzado el espacio.
El programa francés logró enviar en 1963 a la primera gata llamada Félicette o más conocida como Félix, para analizar cómo afectaba la ingravidez del vuelo al cerebro de un animal. La gata regresó sana y salva.
Los soviéticos enviaron a a la Luna dos tortugas, moscas de la fruta, gusanos, junto con semillas y plantas en la misión Zond 5 en 1968. De piloto iba un maniquí para medir a los niveles de radiación que podría exponerse un astronauta. Los reptiles volvieron con vida y se convirtieron en los primeros habitantes de nuestro planeta que lograron rodear la Luna.
Otros animales que han ayudado a explorar el espacio han sido las arañas Arabella y Anita, en el Skylab 3, y además tejieron la primera red de araña en el espacio en 1973. En esta misión viajaron junto con los peces guppy. También ha habido medusas y cobayas astronautas en los años 90.
No nos podemos olvidar de los tardígrados, también llamados osos de agua. Estos seres microscópicos de ocho patas sobrevivieron en el espacio sin ninguna protección salvo su envoltura natural durante 10 días. La misión Fotón de la Agencia Espacial Europea y su homóloga rusa pudo comprobarlo en 2007.
No tuvieron problemas para aguantar niveles mortales de radiación solar, 1.000 veces superiores a los que recibe la superficie terrestre, e incluso se reprodujeron sin complicaciones al volver a Tierra, según la investigación realizada.
Pero las misiones continúan y los científicos siguen contando con los animales para sus viajes espaciales. Precisamente, un estudio reciente de la Universidad de California sugiere que el primer ser vivo que pisaría el espacio interestelar dentro de unos años sería un tardígrado por ser el animal más duro del mundo.
REFERENCIAS
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…
El bisfenol A (BPA) es un disruptor endocrino que está desapareciendo poco a poco de…
Un delfín solitario del Mar Báltico ha sido grabado hablando solo, lo que lleva a…
Un nuevo estudio traza una espectacular explosión de 100 millones de años en las señales…
Durante la llamada Crisis de Salinidad del Messiniense, el nivel del mar Mediterráneo era alrededor…
Ya sea rojizo, cobrizo o anaranjado, el cabello rojo seguirá formando parte de nuestra diversidad…