Si hay algo negro, negro en el mundo del automóvil es un neumático. Pero sería fantástico que fueran de colores. ¿Por qué no lo son? La clave de su negritud está en uno de los componentes que se utilizan en el proceso de fabricación. Negro de carbono.
Esta especie de hollín que se obtiene quemando derivados de petróleo es el responsable de que los neumáticos sean negros. Se trata de un componente necesario para dar consistencia y durabilidad al caucho de la rueda. Pero no siempre ha sido ese el objetivo del humo negro de carbono en las ruedas.
El negro de carbono se empezó a utilizar en 1885 para ennegrecer unos neumáticos que hasta ese momento eran marrones. La idea era oscurecerlos para disimular la suciedad que iban cogiendo con las rodaduras. Fue BFGoodrich, hoy propiedad de Michelin, la que primero recurrió a este ardid «cosmético». Sus responsables pronto se dieron cuenta de que los neumáticos con humo negro de carbono eran cinco veces más resistentes.
Fueron blanco en algún momento de la historia
Pero el descubrimiento no llegó a la producción en masa hasta los años 30 del siglo XX. Hasta ese momento, la mayoría de los neumáticos se seguían haciendo con caucho natural, un material blanquecino y poco resistente. Es en esos años cuando se ponen de moda las ruedas con el flanco blanco. En realidad, llevaban una banda de rodadura negra, esta vez sí realizada con negro de carbono, para darle resistencia.
El material se alzó enseguida como la panacea de todos los problemas de durabilidad de las ruedas. Inicialmente, se utilizó solo en los coches más lujosos. Llevar gomas negras era sinónimo de estatus.
A día de hoy, no se han encontrado sustitutos que puedan ejercer la misma función que el negro de carbono. El sector lleva tiempo dándoles vueltas al asunto, pero de momento las iniciativas que se han tomado son irrelevantes o inconsistentes.
Caro y complicado
El proceso químico para dar color a una goma pasa por añadir una serie de pigmentos a los polímeros durante el proceso de fabricación. El problema es que esta fabricación ni es sencilla ni es barata, dos inconvenientes que, al menos de momento, están retrayendo a los fabricantes de ir por ese camino.
De vez en cuando, vuelve a surgir la noticia de un neumático de color pero, aun en el supuesto de que algún día se lograra, quedaría por resolver cómo evitar que se ennegrecieran al rodar por un asfalto que a día de hoy sigue estando fabricado fundamentalmente de alquitrán y piedras.
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