Los modelos más recientes de Audi, como el Q5, incorporan un sistema denominado quattro que fue patentado en los años setenta. Se caracteriza por distribuir la tracción entre el eje delantero y trasero cuando alguna de las ruedas del coche pierde adherencia.
Pero este sistema tiene una larga historia de éxitos y fracasos en la que no faltan ingredientes militares ni envidias apasionadas.
En 1960 diferentes gobiernos europeos se propusieron crear un vehículo militar con tracción a las cuatro ruedas capaz de competir con el Willys, marca de Jeep. Burocracia, trabas administrativas y problemas de coordinación impidieron que el jeep europeo triunfara. Alemania, entonces, decidió avanzar por su cuenta para poder dotas a sus tropas de un pequeño 4×4. La respuesta fue el Munga, un modelo de DKW.
En aquel momento, DKW pertenecía al grupo Auto Union, un consorcio propiedad de Daimler Benz en el que estaban la propia DKW, Horch, Wanderer y también Audi.
El problema es que el Munga se dejó de fabricar en 1968. El ejército alemán volvió a verse entonces ante la necesidad de buscar un sistema de movilidad para sus fuerzas en tierra. Decidió pedir ayuda a los fabricantes de su país. Para entonces, Auto Union ya había sido adquirida por Volkswagen. Y ese fue el momento en el que Volkswagen, como grupo, decidió atender la llamada del Ministerio de Defensa. A su favor contaba con el Kübelwagen, un desarrollo militar de la Segunda Guerra Mundial con tracción trasera creado sobre la base del VW Escarabajo. Nació así el 4×4 militar Volkswagen Iltis en 1978 que poco después, en 1980, dio origen al primer sistema quattro de la historia de Audi.
El Audi Quattro, un modelo lanzado en 1980, fue el primer Audi de la historia con tracción a las cuatro ruedas. Era una variante deportiva del Audi 80 que compitió en el Mundial de Rallys. De él han derivado todos los modelos con Audi quattro de la marca. El Audi Q5 es uno de ellos.
Se trata de un SUV que deriva del Audi A5. Está construido sobre una plataforma del grupo Volkswagen que también utilizan el Porsche Macan, el Bentley Bentanga y el Volkswagen Phaeton. Y, al igual que ocurre con la tracción quattro, incorpora otros desarrollos del grupo como la caja de cambios automática S Tronic que en la marca Volkswagen denominan DSG. Su peculiaridad radica en que incorpora dos embragues ocultos que el conductor no tiene que accionar. Así, mientras el coche va en una marcha, el sistema tiene ya embragada y lista para entrar la siguiente de forma que no se produzcan los vacíos de potencia de las cajas convencionales. El cambio de velocidades se realiza en centésimas de segundo, y casi sin interrupción de la tracción, algo muy apreciado en el mundo deportivo y del todoterreno.
Pero el Audi Q5 no es un coche de carreras. Es un SUV de gama alta que se vende a partir de 54.000 euros con motores gasolina, diésel, microhíbrido e híbrido enchufable. Y, en todos los casos, con una historia de muchos combates detrás de ella.
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