¿Hay vida después de los SUV?

El Peugeot 408 apuesta por una estética muy disruptiva y por un puesto de conducción que levanta cierta controversia

El Peugeot 408 empezó llamándose P54. Era un proyecto secreto hijo de la creatividad de los responsables de Peugeot. En la central de la casa, eran conscientes de que el recorrido de los SUV empezaba a dar ligeros indicios de agotamiento. Pero también de las ventajas de este tipo de carrocerías. La posición elevada de los asientos y la sensación de habitabilidad están entre los argumentos de quienes eligen un Sport Utility Vehicle. Los SUV conquistaron el mercado, y aún lo hacen, pero las exigencias comunitarias en materia de emisiones obligan a los fabricantes a pensar en vehículos con mejor aerodinámica.

El Peugeot 408 es más eficiente aerodinámicamente que un SUV porque su carrocería es más baja

Hoy, esta tendencia está clara, pero cuando en el grupo Stellantis, al que pertenece Peugeot, comenzaron a diseñar el 408 era más difícil imaginar cómo iba a ser el futuro.

¡Cómo pasa el tiempo!

Y el futuro está aquí y el Peugeot 408, con sus 4,69 metros de longitud, forma parte de esa avanzadilla que está tratando de dar respuesta a las necesidades de los compradores y a la legislación comunitaria. ¿Cómo lo han hecho? Reduciendo la altura libre al techo en el interior del coche para que sea más bajo, y en consecuencia más eficiente aerodinámicamente, pero sin renunciar a un puesto de conducción elevado, a un buen espacio para las piernas de los pasajeros de las plazas traseras y a un maletero de gran capacidad.

Los ocupantes ya no tendrán en este coche ese gran espacio sobre sus cabezas que psicológicamente transmite la sensación de amplitud, pero que en realidad no sirve para nada. Esta es la principal baza de este coche. Su estética disruptiva y ecléctica en la que la zaga se ha ensanchado para mejorar su penetración en el aire.

Pero economías de escala obligan y las veleidades tienen un límite, el que llega a la hora de elegir la plataforma y montar los motores. El Peugeot 408 utiliza la misma base que el Peugeot 308 y el Opel Astra, una estructura denominada EMP2 (Efficient Modular Platform) desarrollada para automóviles compactos y medianos con tracción delantera o tracción en las cuatro ruedas y motor transversal.

Los motores también son conocidos en el grupo Stellantis. Además de propulsores convencionales de gasolina, la gama se completa con mecánicas híbridas enchufables con potencias totales de 225 y 180 caballos y autonomías en modo eléctrico de 63 kilómetros. Otros modelos del grupo, como el Citroën C5 X o el Opel Astra, ya montan estos motores que en el caso de Peugeot van acoplados a la caja automática EAT-8 construida por Aisin, una empresa de componentes japonesa.

La ventaja fundamental de esta transmisión es que reduce los consumos en un 7%. Se utiliza también en otros modelos como el Peugeot 308, que fue nombrado mejor coche del año por el Women’s World Car of the Year, y los Peugeot Rifter, 208, 2008, 3008, 5008 y Citroën C4, o C5 Aircross.

Pero el Peugeot 408 tiene también sus puntos de controversia. El fundamental es lo que ellos llaman i-copckit. Se trata de un puesto de conducción de corte deportivo con volante pequeño y achatado que trasmite mucha emoción pero que impide ver el cuadro de instrumentación en la mayoría de los conductores de entre 1,60 y 1,85 metros de altura. Se presentó por primera vez hace doce años en el Peugeot 208 y desde entonces ha formado parte de las señas de identidad de la casa… y de las críticas que se hacen a Peugeot.