Tranquilos, no va a haber Titanics en Australia. El inmenso iceberg de 140 kilómetros cuadrados que se dirigía al sur de este continente se ha empezado a romper. La mole de hielo, denominada B17B, se desprendió de la Antártida en el año 2000. Las autoridades australianas habían avisado la semana pasada a los barcos que circularan por la zona del riesgo que podía suponer pasar alrededor del gigantesco iceberg, avistado a 1.700 kilómetros al sur de la isla de Macquarie.
Según el geólogo australiano Neal Young, en los últimos días el iceberg se ha reducido en casi un 30 por ciento, y se fundirá por completo antes de llegar al extremo meridional de Australia.
La mayoría de expertos suele atribuir estos fenómenos al cambio climático, aunque otros expertos recuerdan que también pueden influir otros factores, como las corrientes o el hecho de estar constituidos por nieve consolidada en vez de agua salada.
Redacción QUO
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