Claro que, para visitarlos, es necesario bucear un poco… En el pasado y bajo el agua. El de Baiheliang, China, por ejemplo, conserva poemas y figuras utilizadas para medir las crecidas del río Yangtze. En Alejandría, Egipto, se puede visitar la Ciudad Sumergida de Cleopatra, que data del año 300 a. de C. Existe también uno en la Bahía Samana, en la República Dominicana, que guarda los restos de los galeones españoles Tolosa y Guadalupe, hundidos durante un huracán en 1724. Pero el museo submarino más grande del mundo es el de Cancún.
Ubicado en el Parque Nacional Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc, ya cuenta con algunas esculturas (tendrá 400 en total). Estas están realizadas con un cemento especial que no solo permite ser colonizado por corales, sino que debe cumplir con otros requisitos. Entre ellos, que sea inocuo para el medio marino, que las esculturas no se encuentren a la deriva y que no sean un peligro para la navegación marítima. El museo está siendo instalado a 8 metros de profundidad y será un homenaje a la cultura maya.