Rey indiscutible de documentales e iconografía infantil, el pingüino emperador vive su momento vital más frágil durante la reproducción. En pleno invierno y en medio del inhóspito paisaje antártico que habita, ¿cómo protege sus huevos de la nieve y el viento? La respuesta la ha encontrado un equipo de la serie Dinastías, de la BBC estadounidense, que ha seguido a una colonia de pingüinos emperadores (Aptenodytes forsteri) durante meses.
El emperador es la única especie de pingüino que sigue la estrategia arriesgada de reproducirse únicamente en el invierno, lo que hace en enormes colonias de varios miles de aves. Mientras la hembra sale al mar durante meses para reponerse alimentándose de peces después de poner un enorme huevo, el machos se queda atrás y lo incuba.
Sin apenas tocar el suelo
La razón de su reproducción en invierno obedece a una programación muy estrictas. Cuando varios miles de crías llegan a una colonia de pingüinos, requieren toneladas de peces como sustento, disponibles únicamente en primavera. Como la incubación de un huevo dura alrededor de cuatro meses, el pollo está programado para eclosionar cuando los recursos son suficientes.
Por otra parte, las aves están cubiertas por una densa capa de plumas de varios centímetros de grosor que actúa como aislante. E igual que otras especies de pingüinos, el emperador está equipado con una «bolsa de cría» abdominal que protege al huevo y lo mantiene caliente gracias al contacto directo con su piel. Además, la piel de este saco contiene neuronas sensibles a la temperatura del huevo que permiten la sincronización del padre con el polluelo. Otra curiosidad que observó el equipo que grabó este documental es que el pingüino padre consigue que su único contacto con el hielo sean sus talones y la cola en una complicada postura que mantiene durante los meses en los que cuida a su criatura. Así y apiñados unos con otros, sobreviven incluso a 45 grados bajo cero.
Fuente: BBC