Así es: un huevo puede contener otro huevo dentro, aunque no es lo habitual…

¿Por qué se produce este curioso hecho? La cáscara no recubre el huevo de las gallinas hasta que el organismo del animal no genera la yema, la albúmina y las membranas que las recubren. En ese momento, el conjunto desciende hasta el útero, donde se crea la protección.

Pero si la gallina ovula nada más formarse esta coraza, se produce un movimiento interno que succiona el huevo de vuelta hacia el lugar en el que se había formado. Una vez allí, otro lo recubre e impide que crezca más. Solo el último se desarrolla con normalidad, y el primero queda atrapado en su interior.

Redacción QUO