¿Por qué nos enamoramos de una persona y no de otra? ¿Por qué unas veces se acaba el amor y otras no? Los mecanismos que rigen en la elección de la pareja dejan claro que no es un acto casual, sino un proceso tan difícil como la selección de un perro en un refugio de animales. Así al menos lo determina una investigación de la Universidad de Indiana.
Se trate de humanos o de mascotas, el corazón, según los psicólogos que han participado, no siempre sabe lo que quiere. «Lo que las personas dicen que quieren en un perro no siempre está en línea con lo que acaban eligiendo», indica Samantha Cohen, que ha dirigido el estudio en Bloomington College of Arts and Sciences, en la Universidad de Indiana. Su sospecha es que cuando alguien está interesado en tener mascota debería dejarse asesorar por un psicólogo que le ayude a centrarse en los rasgos deseados, para lograr que la adopción de animales sea más eficiente y exitosa.
A partir de los datos que ha obtenido con este trabajo, publicado en la revista Behavior Research Methods, la psicóloga no ha dudado en ofrecerse como consejera de adopción en un refugio de animales. «Era mi responsabilidad hacer coincidir los perros con las personas según sus preferencias, aunque a menudo veo que los visitantes escogen sin tener en cuenta mi sugerencia original».
La apariencia es engañosa
«Como han demostrado varios psicólogos en los experimentos de citas rápidas, el atractivo físico es muy importante», añade. Por eso, muchas personas se arriesgan a perder una buena pareja debido al énfasis excesivo en rasgos de belleza y de personalidad específicos. “Por ejemplo, un adoptante que quiere un perro lobo irlandés porque son grandes, leales y ligeros, podría dejar de considerar a un no raza con las mismas cualidades”.
Cohen habla también de lo que acarrea la elección de mascota. «Las personas que nunca han tenido un perro pueden no comprender las implicaciones de ciertos comportamientos. Uno que es visto como juguetón en el refugio se puede volver en un auténtico destructor cuando llega a una casa pequeña”. Además, recuerda que los refugios son entornos de gran estrés y sus personalidades pueden cambiar cuando están más relajados en un hogar. Lo que ella sugiere es que los refugios consideren la idea de colocar temporalmente al animal en un ambiente más tranquilo para que muestre sus verdaderos rasgos antes de ser adoptado.