De acuerdo con un nuevo estudio, publicado en Science Advances, al bombear el agua del océano a las regiones costeras que rodean la capa de hielo de la Antártida y convertirla en nieve, es posible evitar que la capa de hielo se deslice hacia el océano y se derrita. Los autores advierten que, si bien los hallazgos ofrecen una solución potencialmente viable y menos peligrosa en comparación con otros métodos propuestos, la implementación de esta solución sería increíblemente costosa, presenta enormes desafíos técnicos y puede dañar los ecosistemas marinos sensibles.
Las simulaciones muestran que la capa de hielo ya se está derritiendo y podría hacer que el nivel del mar aumente hasta más de 3 metros, lo que pone en riesgo a las ciudades costeras más pobladas como Nueva York, Calcuta, Shanghai y Tokio.
Un equipo liderado por Johannes Feldmann analizó cómo la transferencia de agua oceánica a las regiones costeras alrededor de la isla Pine y los glaciares Thwaites en la Antártida occidental afectarían el llamado balance de estrés del hielo glaciar, el hielo interior y las corrientes de hielo. Usando una simulación, el equipo de Feldmann mejoró artificialmente las nevadas en estas regiones y descubrió que el aumento resultante estabilizaba efectivamente la plataforma.
Pero las simulaciones también muestran que se necesitaría un mínimo de 7.400 gigatoneladas (un poco más de 0,001% del peso del planeta) de nieve artificial aplicada durante 10 años para estabilizar la capa de hielo. Es importante destacar que las simulaciones no incluyen el calentamiento atmosférico y oceánico proyectado debido al cambio climático, el posible aumento de nevadas en las próximas décadas o la fractura en la capa de hielo causada por el calentamiento atmosférico futuro.